"Actualmente, Portugal produce el 160 por ciento del aceite que necesita y eso significa que tenemos una capacidad de exportación muy grande", dijo el ministro.

Este año, se espera que Portugal "alcance el máximo histórico de 600 millones de euros en exportaciones de aceite de oliva", añadió Maria do Céu Antunes.

"Es un valor fundamental para nosotros reducir nuestro déficit comercial", dijo al tiempo que subrayó que el sector de la aceituna y el aceite de oliva tiene "una gran vitalidad" y "una gran dinámica, ya sea en una producción más competitiva", en el caso de los olivares intensos, "pero también en una producción más tradicional".

El funcionario sostuvo que este sector agrícola "es capaz de mantener a la gente en los territorios", no sólo en el área que concierne a la producción en sí, "sino también en sectores relacionados, como el turismo y la gastronomía".

"Estamos trabajando con el sector, las universidades y los politécnicos, para garantizar la información necesaria para mostrar la vitalidad de este sector y su contribución en las tres dimensiones de la mejora social, para el estímulo de la economía y también para la preservación de los valores ambientales...", dijo.

Olivum - La Asociación de Olivicultores del Sur ya ha anunciado que Portugal, el octavo mayor productor de aceite de oliva del mundo, debería ver una reducción de la producción en la campaña olivarera 2020/2021 en comparación con la anterior y producir 100.000 toneladas.

Las perspectivas de producción en Portugal para esta temporada apuntan a "una disminución de 40.000 toneladas" en comparación con la campaña 2019/2020, cuando Portugal produjo 140 mil toneladas y "rompió el récord" de producción nacional de aceite "de los últimos 80 años", dijo el director ejecutivo de Olivum, Gonçalo de Almeida Simões a la agencia de noticias Lusa.

El Alentejo, la región portuguesa que representa alrededor del 75 por ciento de la producción nacional de aceite de oliva, también debería registrar un descenso y producir 75.000 mil toneladas de aceite en la campaña que comenzó en octubre, 25.000 toneladas menos que las 100.000 producidas en la temporada anterior.

Según Gonçalo de Almeida Simões, el "dato positivo" de este año es que las previsiones apuntan a un "aumento del 7 por ciento del consumo de aceite de oliva en todo el mundo, lo que se traduce en una inversión de la tendencia de los últimos años".