Según la Asociación de Hoteles Portugueses, las pérdidas podrían alcanzar unos 3.600 millones de euros, mientras que el número de noches de alojamiento se ha reducido en casi 50 millones. Estas proyecciones llegan cuando 20 hoteles, muchos de ellos parte de grandes cadenas, cerraron sus puertas a los huéspedes en Oporto en los primeros diez días de noviembre debido a la disminución de la demanda.