Nos centramos en las murallas del Algarve y el cultivo en terrazas. A menudo visto en el campo, los muros de piedra seca son muy típicos del Barroco. Muchas propiedades rurales tienen varios ejemplos de muros fronterizos, terrazas y bloques. Estos son parte del patrimonio rural del Algarve, pero la idea de construir muros de piedra seca y terrazas no es nueva.

Los agricultores durante milenios los construyeron para proteger el suelo, mitigar la erosión y controlar la dinámica del agua. Están muy difundidos en todo el Mediterráneo, desde Grecia, Italia, Francia, España y Portugal, especialmente donde se cultivan viñedos, olivares, almendros, cítricos y otros árboles frutales. Diferentes pueblos desarrollaron diversas prácticas para proteger el suelo y mejorar la infiltración del agua. Esto contribuyó de manera importante a mejorar la productividad agrícola.

Las laderas aterrazadas han formado durante mucho tiempo parte integral del paisaje mediterráneo. Fueron un método para utilizar las numerosas cadenas de colinas. Además de las románticas imágenes idílicas de colinas bañadas por el sol y ricas en vides, olivos y cítricos, estos paisajes son también una respuesta humana a un entorno duro y exigente. La escasez de tierras aptas para la agricultura creó una forma de cultivo intensivo. Esto requería un gran aporte de mano de obra y un enorme esfuerzo sin ayuda mecánica.

Las terrazas se crean a menudo mediante el reordenamiento de su suelo original. Cortado de la pendiente original, el suelo se colocó en una parte más alta o más baja de la pendiente, formando un gradiente angular. Esta nueva área aplanada es más propicia para el cultivo de árboles frutales y vegetales. Éstos se apoyaban entonces en paredes de piedra seca, que son estructuras muy porosas, donde se encajan las rocas en su lugar mientras se maximiza el drenaje. Se mantienen unidas por la forma de la estructura y no usan mortero. Un relleno de piedras más pequeñas ayuda a mantener la rigidez y la calidad porosa.

El aterrazamiento ayuda a proteger las laderas de la erosión y los deslizamientos de tierra. La erosión del agua es una de las principales causas de la pérdida y la degradación del suelo, y mediante la implantación de terrazas reduce la inclinación de la ladera y la divide en secciones cortas, planas o de pendiente suave. En las regiones de baja pluviosidad, el agua es absorbida por el suelo en cada terraza de manera bastante uniforme. Pero con el tiempo, los muros y las terrazas son una carga seria si se dejan sin vigilancia. La mano de obra involucrada en su construcción ha asegurado su longevidad, pero requieren mantenimiento.

El descuido o abandono puede crear considerables problemas de infraestructura. Cualquiera que tenga muros y terrazas debe considerar que esta técnica es una gran inversión a largo plazo si su terreno tiene una topografía variable, pero también deben ser conscientes del mantenimiento y la conservación que estos paisajes requieren.