En un documento conjunto al que Lusa tuvo acceso, el SCP y la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa (FMUL) consideran que estos medicamentos deben ser prescritos en una receta renovable porque "sus indicaciones incluyen enfermedades que requieren un tratamiento prolongado".

Explicaron que la indicación inicial de estos medicamentos era "la prevención primaria de la tromboembolia venosa en adultos sometidos a artroplastia total electiva de cadera o rodilla" y que el período de profilaxis se limitaba a un máximo de dos (rodilla) y cinco (cadera) semanas, pero las indicaciones se ampliaron y cuatro de ellas comenzaron a ser reembolsadas para "la prevención de eventos tromboembólicos en pacientes con fibrilación auricular no valvular".

"En esta indicación, a diferencia de las indicaciones iniciales, se recomienda mantener el tratamiento anticoagulante oral indefinidamente", subrayan, apoyando la idea de la necesidad de una prescripción renovable.

El tipo de prescripción disponible para la prescripción de estos medicamentos se limita a una receta no renovable de un mes de duración, añaden los expertos, que afirman que con las indicaciones recientes "este tipo de prescripción hace que la prescripción de estos medicamentos sea más burocrática, requiriendo un mayor número de actos médicos para prescribir más recetas en un corto período de tiempo, comprometiendo también el acceso al medicamento por parte de los pacientes".

Una menor adherencia terapéutica promovida por el tipo de prescripción actualmente disponible para los anticoagulantes orales directos "aumenta la probabilidad de formación de trombos, siendo en este contexto un factor de riesgo documentado de accidente cerebrovascular y mortalidad, comprometiendo el pronóstico de los pacientes con fibrilación auricular", añaden.

Las dos entidades recuerdan que la prescripción de anticoagulantes orales, en particular éstos, ha aumentado en los últimos años y que la fibrilación auricular "es probablemente la patología más prevalente con indicación de anticoagulación oral".

Tanto la PCS como la FMUL destacan que estos anticoagulantes orales directos "mostraron una reducción significativa del riesgo relativo de mortalidad, y de accidente cerebrovascular o embolia sistémica", además de haber demostrado ser "más seguros con respecto al riesgo de hemorragias importantes, demostrando una reducción significativa del riesgo de estos eventos, en particular el riesgo de hemorragia intracraneal, con una reducción del riesgo relativo de alrededor del 50% en comparación con los antagonistas de la vitamina K".

En Portugal, en los últimos años, se ha producido una disminución de la mortalidad por accidentes cerebrovasculares y, según las dos entidades, se reconoció en el informe de 2017 del Programa Nacional de Enfermedades Cerebro-Cardiovasculares que esta mejora de los resultados se asociaba a un aumento de las indicaciones para la prescripción de anticoagulantes orales directos para la fibrilación auricular.