Fernando Araújo, que preside el consejo de administración del mayor hospital del Norte, llegó a decir que "existe el riesgo de que la esperanza media de vida, que siempre ha aumentado en los países europeos, empiece a reducirse". "Nuestros hijos pueden vivir menos que nosotros", argumentó, señalando que mantener la atención a los pacientes que no tienen covid-19 es ahora "un desafío", ya que la búsqueda de pacientes infectados por el coronavirus se une a "los profesionales de la salud más cansados" o incluso se ausentan del trabajo, ya sea porque están enfermos, porque están en cuarentena o porque tienen que estar con sus hijos.

Aunque los hospitales son "los lugares más seguros en cuanto a infecciones", las unidades públicas no están funcionando en red "de manera suficientemente coherente o articulada" para dar "una respuesta muy sostenida" a la pandemia y todo lo demás. "Muchos hospitales siguen trabajando de forma aislada y no es la mejor manera", dijo, subrayando que "la planificación y la organización son fundamentales y siguen faltando" y que es necesario que los hospitales privados y las instituciones sociales participen en la red.

El presidente de la Asociación Portuguesa de Hospitalización Privada, Óscar Gaspar, dijo que los hospitales privados, que proporcionaron más de 600 camas para compensar la escasez en los hospitales públicos, incluyendo 86 camas para pacientes con covid-19, han recibido más de 500 pacientes trasladados desde los hospitales públicos. "La coordinación la realizan las Administraciones Sanitarias Regionales, pero los hospitales definen quién va", dijo, señalando que la atención primaria de salud no es actualmente "la puerta de entrada del Servicio Nacional de Salud" y proponiendo que "en el presente y el futuro" las instituciones privadas y sociales también pueden ser llamadas a intervenir en este sector.