"Ryanair ha decidido, de forma unánime y sin ningún criterio de gestión, iniciar un nuevo proceso de despido colectivo, ahora en la base de Lisboa, con seis tripulantes, que curiosamente se negaron a firmar, a pesar de la presión de Ryanair, un addendum, que como el sindicato advirtió en su momento, es ilegal", dijo el SNPVAC en un comunicado.

El sindicato también señala que tuvo conocimiento de que Ryanair reanudó, el 1 de diciembre de este año, el proceso de despido colectivo de la tripulación de cabina en la base de Oporto, que afectó a 23 personas. En el comunicado, dice que este proceso "no es más que una represalia" contra los tripulantes implicados y "refuta completamente" el argumento de que "hay un exceso" de tripulantes en las bases de Portugal.

Además, el sindicato recuerda, "una vez más", que la compañía aérea, "podría optar" por las medidas previstas por la ley, como lo hizo en abril y mayo, y que "mitigarían sus costes sin tener que recurrir al despido".
La última decisión de Ryanair es considerada como "irrespetuosa" por la junta del SNPVAC, y "equivocada", ya que en las últimas semanas ha mostrado "plena disposición a hablar, dialogar y negociar" aunque tuviera que "superar ciertos estatutos", ya que creía que las dos instituciones "estarían verdaderamente comprometidas" con la búsqueda de una "solución creíble para que no haya despidos", dice en la nota publicada.

El sindicato señala que este nuevo despido colectivo es consecuencia del anuncio público de Ryanair de aumentar los vuelos a Oporto en diciembre y enero debido al aumento de la demanda esta Navidad. El despido se produce tras el anuncio de la adquisición de 75 Boeing 737 Max, lo que "demuestra la perspectiva de crecimiento ya el próximo año", ya que el presidente ejecutivo, Michael O'Leary, esperaba recibir 50 aviones de este modelo ya en 2021, señala la SNPVAC.

También afirma que el despido se produce cuando se recurre a tripulantes de otras bases en despido, para suplir la escasez de trabajadores en las bases de Portugal, causada por el aumento del número de vuelos, cuando la empresa está realizando cursos de formación para los nuevos miembros de la tripulación y cuando las últimas previsiones apuntan a una recuperación efectiva ya en 2021, muy influida por la aparición de la vacuna que provocó un fuerte aumento de la demanda y las reservas.

El consejo de administración de la SNPVAC se pregunta cómo fue posible que Ryanair "se pusiera de acuerdo con otras clases profesionales" de la compañía y se pregunta "¡¿A qué más debería renunciar la tripulación de cabina?! ¿Sus derechos consagrados en la ley portuguesa?", se lee en la declaración. Además, la SNPVAC acusa a la aerolínea irlandesa de bajo coste de "seguir brindando por nosotros con sus reclamaciones de falta de respeto al país y a sus leyes".

El 5 de diciembre, en una respuesta escrita a Lusa, Ryanair lamentó que el SNPVAC no hubiera llegado a un acuerdo consensuado con la aerolínea, afirmando que, por esa razón, tenía que avanzar hacia un despido colectivo.

"El 13 de noviembre, tras intensas negociaciones, Ryanair firmó un acuerdo con la SNPVAC", dijo la compañía aérea en esta respuesta, añadiendo que "lamentablemente, el acuerdo firmado no fue aceptado por los miembros del sindicato", por lo que, "como resultado", tienen que "ocuparse del actual exceso de personal de cabina, avanzando hacia un despido colectivo". Sin embargo, el SNPVAC espera la designación de una audiencia solicitada por el Ministro de Infraestructura, Pedro Nuno Santos, para denunciar lo que califica como "auténtico atentado a una clase", así como "la total connivencia de las instituciones regionales y nacionales de este país, que permiten que una empresa que constantemente pisotea la ley, reciba incentivos y subsidios, perjudicando así a las empresas nacionales que cumplen con la ley".