"Los rendimientos para el turismo y para Portugal (...) fueron naturalmente inferiores a los que hubiéramos tenido, si hubiéramos tenido un evento híbrido o presencial, lo que resultó no ser una opción para la organización", dijo Rita Marques, que está siendo escuchada en la comisión parlamentaria de Economía, Innovación, Obras Públicas y Vivienda, a petición del CDS-PP.

La ministra también dijo que "las condiciones de negociación" entre Portugal y la organización de la Web Summit, que tiene un contrato por otros ocho años del evento tecnológico que se celebrará en Portugal, "están siempre, continuamente, sujetas a revisión".

"Estamos en una conversación muy animada con la organización, tratando de entender cuál es el futuro y lo que necesitamos para los próximos ocho años", dijo, señalando que los organizadores de la cumbre tecnológica ya han anunciado planes para celebrar el evento en otros países, como Japón, Brasil y Malasia.

La Web Summit, considerada una de las mayores cumbres tecnológicas del mundo, se celebró este año completamente 'online' con "una audiencia estimada de 100.000" personas. Para el cofundador del evento, Paddy Cosgrave, el próximo gran desafío será llevar "100.000 personas a Lisboa", lo que sólo ocurrirá "en 2022 o 2023".

En cuanto al polémico pago de 11 millones de euros (8 millones por parte del Gobierno y 3 millones por parte de la Cámara de Lisboa) por una edición "online", Paddy Cosgrave dijo que se trata de un tema político en el que no quiere involucrarse.

Tras dos ediciones celebradas en Lisboa (2016 y 2017), Web Summit y el Gobierno portugués anunciaron, en octubre de 2018, una colaboración de diez años que permite que la conferencia se celebre en la capital portuguesa hasta 2028.