Según el Instituto del Cine Audiovisual (ICA), estos datos reflejan "un año marcado por profundas limitaciones" en la frecuencia de las salas de cine, debido a la pandemia del covid-19, y cuyas medidas restrictivas han "afectado profundamente al funcionamiento normal de las salas de cine".

El ICA revela que en 2020 los cines tenían 3,77 millones de espectadores, mientras que en 2019 se habían vendido 15,5 millones de entradas. Los ingresos de taquilla se situaron en 20,4 millones de euros, una cuarta parte de la cifra correspondiente a 2019, año en el que se alcanzaron los 83,1 millones de euros. Aunque todavía son provisionales, los datos atestiguan un descenso general del 75 por ciento, lo que confirma que 2020 fue el peor año para la proyección de películas en la sala, al menos desde que la ACI sistematizó los datos estadísticos comunicados por los exhibidores.

En 2020, debido al primer período de reclusión decretado en Portugal, las salas de cine, así como toda actividad cultural con público, estuvieron cerradas entre mediados de marzo y principios de junio. La reapertura tuvo lugar gradualmente en las semanas siguientes, pero la disminución del público y de los ingresos varió mensualmente entre el 60 y el 90 por ciento, ya sea debido a la disminución del consumo en Portugal, a la reducción de las proyecciones o a la oferta de películas en exhibición.