La medida, que entró en vigor el 22 de enero, continuará hasta el final del actual estado de emergencia decretado por el Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que finaliza a las 23:59 horas del 30 de enero.

"También se cierran todos los espacios públicos en los que suele haber aglomeración de personas, como pasarelas, aceras y playas", añadió el municipio algarvío en un comunicado.

Sin embargo, se hicieron excepciones para "los residentes para la asistencia y/o entrega de bienes esenciales a las personas vulnerables, personas con discapacidad, niños, padres, ancianos o dependientes, para actividades profesionales o similares y situaciones de emergencia", dijo el municipio.

Vila Real de Santo António, también en el distrito de Faro, fue otro de los municipios que anunció el cierre del acceso a las pasarelas de las playas del municipio para "evitar la aglomeración de personas" y "detener la propagación" del covid-19, dado el empeoramiento de la pandemia.

Las autoridades locales han condicionado el acceso a los pasajes de las playas de Santo António, Monte Gordo y Manta Rota, y sólo se permite el acceso a los propietarios y empleados de los restaurantes que operan allí y trabajan en régimen de "comida para llevar", así como a los clientes que planteen solicitudes, aclaró el municipio en el anuncio hecho a través de las redes sociales.

El Ayuntamiento de Portimão también condicionó el acceso a varias zonas costeras y espacios públicos del municipio de Algarve para evitar la aglomeración, e indicó que "se han colocado bahías y señales específicas para condicionar el acceso y la permanencia a las zonas donde ha habido más aglomeración en los últimos días".

Los trabajadores debidamente acreditados pueden acceder a los espacios públicos condicionados por el municipio de Portimão, que también ha prohibido el uso de bancos en los espacios públicos y los jardines.

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