Pero su ira bien podría extenderse a las celebridades, políticos y elitistas que se ven en la negación diaria de las normas de emergencia nacional, muchos de los cuales han sido sorprendidos fuera de cámara charlando cara a cara sin mascarillas o viseras. Cuando llevan una mascarilla es con un estilo despreocupado, a menudo colgada bajo la barbilla y elegida más para promover la publicidad corporativa que para proteger a los demás.
Las personalidades del deporte celebran el éxito con abrazos, besos y bailes de derviche que son imitados por sus fans, que se congregan en bares y clubes clandestinos para exhibir su alegría sin mascarilla.
Y luego está el ritual de los golpes de nudillos y codos como sustituto táctil de los "high fives", apretones de manos y abrazos de antaño. Las manos, las rodillas y los golpes podrían ser más apropiados.
Existe la deplorable convicción entre los menores de 50 años de que el covid-19 es una enfermedad solo para a los ancianos o y enfermos terminales, y que el confinamieto es una necesidad que puede ignorarse con seguridad; eso hasta que es demasiado tarde.

Roberto Knight
Cavaleiro, Tomar.