Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con el valor del 8,9% alcanzado el año pasado, Portugal consiguió superar el objetivo europeo, que definía una tasa de abandono temprano de la educación y la formación de hasta el 10% para 2020.
En Portugal continental, el valor fue aún más bajo, con un 8,4%.

En un comunicado, el Ministerio de Educación, que cita los datos publicados por el INE, recuerda que ya en 2019 el país había "evolucionado muy favorablemente", pasando del 11,8 por ciento al 10,6 por ciento, entonces un mínimo histórico.

"Los resultados muestran una evolución constante, firme y extraordinariamente notable del país, en lo que es considerado por la Comisión Europera como uno de los principales indicadores del desempeño de los sistemas educativos".

La oficina del Ministerio de Educación afirma también que cuando este indicador comenzó a calcularse hace dos décadas, Portugal registraba valores cercanos al 50%, que superaban la media europea en cerca de un 30%.

"Estos resultados son aún más notables si se tiene en cuenta que coinciden con un aumento muy considerable del empleo juvenil en los últimos años, ya que podría ser un estímulo para la no continuación de los estudios de esta franja de la población, y con la situación de pandemia vivida el año pasado", añade el comunicado.

Para el Ministerio de Educación, el reto de reducir el abandono escolar prematuro adquiere aún más importancia en el contexto actual de la pandemia de covid-19, lo que justifica la posibilidad de que los niños y jóvenes en riesgo tengan clases presenciales durante el plan de aprendizaje a distancia, que se reanudó el 8 de febrero.