El Gobierno ha admitido que podría tener que aportar más de los 500 millones de euros que había presupuestado para la maltrecha aerolínea TAP este año debido al empeoramiento de la pandemia del COVID-19. En diciembre, un plan gubernamental para rescatar a TAP proponía la supresión de 2.000 puestos de trabajo de aquí a 2022 y recortes salariales de hasta el 25%, mientras que la aerolínea necesitaría unos 2.000 millones de euros en fondos extra con garantías estatales para cubrir sus necesidades de financiación hasta 2024.