Los viticultores llevan utilizando fungicidas de cobre para combatir el mildiu en los viñedos desde finales del siglo XIX. Sin embargo, el cobre es un metal pesado no degradable y este proceso puede hacer que el metal se acumule en la capa superior del suelo o que se filtre en el agua, causando impactos negativos en el medio ambiente.

La Asociación para el Desarrollo de la Viticultura del Duero (ADVID), con sede en Vila Real, forma parte de este proyecto, liderado por la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) española, a través de su Departamento de Servicios Técnicos y del Laboratorio Colaborativo de la Vid y el Vino (CoLAB Vines & Wines).

La iniciativa reúne a 13 socios de Portugal, España y Francia que, según el comunicado emitido por ADVID, se han unido "para reducir significativamente el uso del cobre en la viticultura, así como su impacto medioambiental".

Se trata, añade, de "una iniciativa innovadora centrada en Europa y cuyo objetivo es ofrecer soluciones integradas y sostenibles alineadas con métodos de producción respetuosos con el medio ambiente".

Según el comunicado, el objetivo del proyecto es "validar una serie de soluciones integradas, innovadoras y viables para reducir el uso del cobre" y las soluciones "serán transferibles y duraderas, para que el sector vitivinícola cumpla con la legislación europea".

El consorcio creó grupos de trabajo para diferentes estudios e investigaciones, como el ensayo y la aplicación de productos emergentes que sustituyan al cobre como agente de control de enfermedades en los viñedos y la identificación de suelos vulnerables a la contaminación por cobre, así como la aplicación de nuevas técnicas de remediación de suelos y su impacto en la reaparición de enfermedades fúngicas.

También se llevará a cabo la evaluación del impacto económico, medioambiental y social de la nueva herramienta de gestión del viñedo y se creará una red de conocimiento sobre usos alternativos al cobre en los viñedos y técnicas de remediación del suelo.