"Hasta el 16 de febrero [martes], estimamos que esta variante representa alrededor del 48% de todos los casos de covid-19 en Portugal", dijo a Lusa João Paulo Gomes, investigador del INSA y coordinador del estudio sobre la diversidad genética del nuevo coronavirus en Portugal.

Según los datos del INSA, la incidencia en el país de esta variante del virus causante del covid-19, considerada más contagiosa, ha ido creciendo desde principios de año, registrando un aumento constante durante varias semanas, en el periodo en el que se registró el mayor número de infecciones en Portugal.

João Paulo Gomes estima que la variante originaria del Reino Unido representó alrededor del 8% de los casos de la enfermedad covid-19 en la primera semana del año, aumentando al 13,4% en la segunda semana de enero y al 24,7% en la tercera.

Según el experto, esta creciente incidencia de la variante "contribuyó sin duda" a la aparición de la llamada `tercera ola' que se produjo en enero con el aumento exponencial de los casos de covid-19 en todo el país, aunque no fue el "factor que más pesó".

"En la contribución que hizo, no sólo el alto número de introducciones de esta variante que tuvo lugar durante la segunda quincena de diciembre - el retorno de los inmigrantes portugueses para la Navidad y los turistas del Reino Unido -, sino también su alta transmisibilidad", explicó el especialista.

En cuanto a la variante originaria de Sudáfrica, el INSA sólo identificó cuatro casos en Portugal, y hasta el jueves no se había registrado ningún caso de la variante SARS-CoV-2 descubierta inicialmente en Manaos (Brasil).

Baltazar Nunes, responsable de la Unidad de Investigación Epidemiológica del INSA, dijo a Lusa que "la evolución de la pandemia en cada continente, país y región ha sido diversa, con diferentes fases y momentos de crecimiento y disminución de la incidencia".

Por ello, la denominación de "tercera ola debe ser contextualizada", dijo Baltazar Nunes, para quien "numerar las fases de crecimiento de la epidemia es una forma muy simplista de analizar su evolución".

"En realidad, hemos observado diferentes fases de crecimiento y disminución del número de casos, que han estado determinadas por la introducción del virus en la población, por nuevas variantes más transmisibles, por la implantación o relevamiento de medidas no farmacológicas, por los comportamientos de la población (festividades y períodos vacacionales), las estaciones del año o la implantación de programas de vacunación", dijo Baltazar Nunes.

Según el experto, por estas razones la variación de la incidencia a "nivel local, regional, nacional y global es muy difícil de predecir", especialmente en el contexto de las restricciones y patrones de viaje que han cambiado con la pandemia.

Según él, la incidencia del covid-19 es alta en prácticamente todos los países europeos, teniendo como criterio una prevalencia de más de 60 nuevos casos por cada 100.000 personas en los últimos 14 días, con algunas excepciones como Islandia, donde hay 10 nuevos casos de infección por cada 100.000 habitantes.

"Existe la posibilidad de que el aumento de la incidencia que se está produciendo ahora en algunos países europeos se vea en otros, pero el gradiente de Oeste a Este ya no existe", dijo Baltazar Nunes, ejemplificando con los casos de Grecia y Finlandia que, en diferentes latitudes europeas, coinciden en la tendencia creciente de casos que presentan.

"La distribución espacial dependerá de la eficacia que tengan las medidas de control implementadas en cada país y de la rapidez y efecto que tenga la vacunación en esos mismos países", subrayó el especialista.