La enfermedad hemorroidal tiene una importante prevalencia en la población joven, apareciendo habitualmente entre los 45 y los 65 años, sin que exista diferencia de incidencia entre sexos. A pesar de ser benigna, provoca importantes trastornos en la funcionalidad y la calidad de vida cotidianas.

Existen dos tipos de hemorroides, las internas que se localizan por encima de la línea pactada anal y las externas, por debajo de la línea pactada anal y cubiertas por un epitelio escamoso estratificado sensible.

Los principales síntomas de la enfermedad hemorroidal son la hemorragia rectal, el prolapso del recto, el dolor y el picor; su duración y gravedad determinarán la necesidad de tratamiento. El examen de la enfermedad hemorroidal debe incluir la observación del recto, una anuscopia y una rectoscopia.

El diagnóstico de la enfermedad hemorroidal interna se alcanza cuando se observa la congestión de los pedículos hemorroidales superiores. Dificultad para defecar, aumento de la presión intraabdominal, ausencia de válvulas en los vasos hemorroidales, estreñimiento crónico. La posición vertical de la especie humana y los factores genéticos pueden ser factores decisivos para la aparición de las hemorroides. El síntoma más común es la pérdida de sangre roja durante o después de la defecación.

La enfermedad hemorroidal puede clasificarse en varios grados: Grado I: hemorragia anal, sin prolapso; Grado II: con prolapso, pero con reducción espontánea; Grado III: con prolapso, pero con necesidad de reducción manual y Grado IV: hemorroides totalmente prolapsadas, que no pueden reducirse.

El tratamiento adecuado depende en gran medida de esta clasificación. En los tres primeros estadios, el tratamiento puede realizarse en la consulta externa y, por tanto, sin necesidad de hospitalización, mediante esclerosis hemorroidal o escleroterapia y/o ligadura con banda elástica de las hemorroides. Los casos más avanzados (Grado IV) requerirán tratamiento quirúrgico: Hemorroidectomía.

La Esclerosis Hemorroidal o Escleroterapia consiste en inyectar una medicación específica para provocar una reacción inflamatoria con trombosis intravascular y fibrosis de la submucosa. Aunque puede provocar la reducción del tejido hemorroidal, su efecto es principalmente beneficioso para controlar la hemorragia. El efecto beneficioso se obtiene tras varias sesiones de tratamiento, normalmente tres, con un intervalo mínimo de tres semanas, y se recomienda para los grados I y II.

En cuanto a la ligadura con banda elástica, es el tratamiento de elección para cualquier hemorroide interna. Este procedimiento consiste en atar la hemorroide en su base con bandas de goma, cortando el flujo de sangre a la hemorroide, haciendo que se encoja y muera y se caiga en aproximadamente una semana. Las sesiones se repiten mensualmente, y se pueden ligar varios pedículos en una sola sesión. La ligadura con banda elástica parece ser la única técnica eficaz en las hemorroides de grado III.

Como en cualquier enfermedad progresiva, la prevención es importante. La adopción de buenos hábitos alimentarios, una ingesta adecuada de líquidos y alimentos ricos en fibra son importantes para controlar la progresión de esta enfermedad.

Las Unidades de Gastroenterología de los Hospitales de Alvor y Gambelas, cubren todas las pruebas diagnósticas en el área de la proctología - colonoscopia; endoscopia digestiva alta; anuscopia; rectosigmoidoscopia; sigmoidoscopia flexible - y también la intervención / tratamiento: además de la esclerosis hemorroidal y la ligadura de la goma hemorroidal, la inyección de toxina botulínica, la fisurectomía, la fistulotomía, la canulación del trayecto fistuloso y la fistulotomía progresiva.

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