La pandemia ha afectado a todos los sectores económicos y sociales, incluida la enseñanza superior en Portugal. Los estudiantes se han visto obligados a cambiar de vida mediante un régimen nunca antes utilizado en Portugal. Si antes los estudiantes iban a la universidad, a veces incluso se trasladaban a otra ciudad para realizar sus estudios, ahora, en cambio, están encerrados en sus casas, delante de un ordenador viendo las clases online mientras intentan alcanzar el éxito académico.

El inicio del segundo semestre de 2021, para los estudiantes universitarios, estuvo marcado por otro encierro que obligó a las universidades nacionales a cambiar de nuevo su régimen de enseñanza. Si antes algunas universidades adoptaron el régimen mixto de clases a distancia y presenciales o sólo la enseñanza presencial, en el segundo semestre todos los estudiantes tendrán, hasta que el gobierno decida lo contrario, clases online.

Las universidades han acabado teniendo cierta independencia en cuanto al funcionamiento de su institución, lo que ha llevado a que la enseñanza sea diferente en los distintos centros de enseñanza superior.

Aprendizaje online
Catarina Saraiva estudia Gestión en la Universidad del Algarve. En el primer semestre sólo tuvo clases presenciales, sin embargo, el nuevo estado de emergencia obligó a que en el segundo semestre se empezaran a impartir clases online. Lo mismo ocurrió en Coimbra, sin embargo, el proceso de decisión trajo consigo algunas controversias. Diana Fulgêncio, estudiante de Periodismo y Comunicación en Coimbra, afirma que "las medidas ya deberían haber sido pensadas. Todos esperábamos que los casos llegaran a su punto álgido y sabíamos que los cambios en la educación serían inevitables". La Universidad de Coimbra (UC) consideró como principal problema la época de exámenes, que en un principio se pospuso al inicio del segundo semestre, en lugar de tener lugar entre enero y febrero, como es habitual. La presión de los estudiantes hizo que la UC mantuviera los exámenes en la misma época, pero que se realizaran online.

El aprendizaje presencial ha sido hasta ahora parte integrante de muchos cursos, especialmente de los que incluyen elementos prácticos. João Neves, estudiante de bioquímica de la Universidad de Aveiro, admite que durante este semestre el programa online no afectará al aspecto práctico de su carrera. En cambio, Diana Fulgêncio señala que "las unidades de curso con contenido práctico, como el periodismo radiofónico, carecerán de gran parte de su calidad habitual". La alumna considera que al aprender online no podrá aprender a manejar un mezclador de sonido, por ejemplo. Además, no se pueden hacer ciertos ejercicios, lo que provoca divergencias en las competencias adquiridas, si se compara con los alumnos de años anteriores.

Aunque Diana señala que a veces resulta más complicado prestar atención a las clases online, debido a la cantidad de distracciones que existen en casa, Jéssica Brissos, estudiante de Derecho en el Instituto Superior Manuel Teixeira Gomes (ISMAT), admite que la enseñanza online hace que "los debates sean más organizados", sin embargo, la cantidad de trabajo aumenta y a veces resulta agotadora. João Neves también señala algunas ventajas, porque online "no se pierde el tiempo con los desplazamientos", sin embargo, la distancia física del profesor o del espacio académico puede apoyar mucho la pedagogía "necesaria en la enseñanza superior".

La vida académica no es sólo clases y estudio. Como cualquier joven, los momentos con los amigos también son importantes, aunque sólo sea para aliviar el estrés de las pruebas y los exámenes. João Neves está en el último año de la carrera y desde el primer cierre siente que ha ido perdiendo diversas experiencias sociales. A pesar de intentar restringir su "vida social a un grupo de amigos cercanos", el estudiante admite que la "falta de proximidad física" es algo que le molesta, ya que las experiencias no tienen la misma intensidad.

Estudiar en el extranjero
Joana Carvalho decidió, incluso antes de la pandemia, participar en el programa Erasmus y pasar una temporada estudiando en el extranjero. Acabó llegando a España y fue en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca a la que acudió la estudiante de Coimbra. La experiencia Erasmus es conocida por estar asociada a la socialización y al enriquecimiento cultural, experiencias que Joana vio restringidas. A pesar de "visitar museos y zonas verdes" y de "haber hecho algunos amigos", Joana sentía que su experiencia estaba incompleta debido a las restricciones que traía la pandemia. Al estar en una universidad más pequeña, los estudiantes podían elegir entre asistir a las clases online o en persona. La estudiante de Coimbra era la única estudiante Erasmus en su universidad, lo que dificultaba la posible socialización. A pesar de que "mucha gente iba a fiestas en los apartamentos", Joana no se sentía cómoda asistiendo, no sólo por el miedo al virus, sino también por las elevadas multas que podían imponerse a quien incumpliera las normas impuestas por el Gobierno español.

La pandemia del covid-19 ha cambiado la vida de miles de estudiantes en todo el país, aumentando los casos de enfermedades mentales, lo que ha llevado a algunos estudiantes a abandonar los estudios. Sin embargo, estudiantes como Catarina se sienten "positivos" por lo que les deparará el próximo semestre, mientras esperan volver a tener "clases presenciales en abril".