El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Francisco Assis, promoverá un estudio sobre el impacto social de la adicción al rasca y gana e informará al Gobierno con la esperanza de que responda en relación con el lanzamiento de la nueva lotería instantánea (rasca y gana).

"El Gobierno debería reconsiderar el lanzamiento de una nueva lotería instantánea, prevista en los Presupuestos del Estado. (...) Si tuviera responsabilidades de gobierno, esperaría, al menos, al estudio que realizará el CES", dijo Francisco Assis a Lusa.

Investigadores de la Universidad de Minho van a iniciar el estudio sobre las consecuencias sociales de los rasca y gana y el estudio está previsto en el Plan de Actividades del CES para este año.

Este nuevo rasca y gana figura en las principales medidas de política presupuestaria, como la Lotaria Instantânea do Património Cultural, con unos ingresos previstos de 5 millones de euros.

Para Francisco Assis no es aceptable pensar en financiar ninguna inversión a costa de empobrecer a los adictos a este tipo de juego.

"Me temo que el lanzamiento de otro rasca y gana, aunque la intención sea buena, (...) contribuirá a agravar este problema de adicción que destruye a las personas de los sectores sociales más desfavorecidos".

Al considerar que "no se trata de un tema menor", el presidente del CES ha decidido proceder al estudio, en el que participarán especialistas de diversas áreas.

"No me corresponde hacer llamamientos [al Gobierno], sino informar de que el CES va a hacer el estudio que constituye en cierto modo como un llamamiento. No somos decisores, pero tenemos la responsabilidad de llamar la atención sobre los problemas", dijo.

Las tarjetas de rascar representan el 50 por ciento de los ingresos totales de la lotería y sus ventas han crecido significativamente desde 2010, según un estudio realizado por Daniela Vilaverde y Pedro Morgado en marzo de 2020.

Según el mismo estudio, en 2018 el valor de las tarjetas de rascar vendidas en Portugal fue de 1.594 millones de euros, lo que significa que cada persona gastó, de media, unos 160 euros al año en tarjetas de rascar.

En España, se vendieron rascas por valor de 627,1 millones de euros en el mismo año, lo que equivale a unos 14 euros por persona.

Francisco Assis también dijo que, según los expertos médicos, las tarjetas de rascar crean una fácil adicción al juego porque son rápidas, son baratas, no hay necesidad de entender el juego y son fáciles de comprar porque están a la venta en muchas tiendas.

"Y son las personas con menos ingresos las más adictas", dijo, recordando estudios internacionales sobre el tema.

El presidente del CES consideró que "el problema es más grave de lo que se piensa" porque está en juego la destrucción de las personas y sus familias.

"Es inmoral ignorar esta cuestión y seguir impávidos utilizando estos juegos para financiar cualquier cosa (...) estamos contribuyendo a la autodestrucción de muchos individuos de los entornos socioeconómicos más desfavorecidos", dijo.
Francisco Assis defendió que el CES debe estar atento a las cuestiones sociales y debe elaborar documentos serios para presentarlos a los responsables políticos, "para dar más consistencia a las decisiones políticas en el ámbito económico y social".