Esto se produce después de que los Países Bajos se convirtieran en el último país en suspender el uso de la vacuna contra el coronavirus de Oxford-AstraZeneca por la preocupación que suscitan los posibles efectos secundarios.

La República de Irlanda ya tomó una decisión similar debido a los informes sobre coagulación de la sangre. Dinamarca, Noruega, Bulgaria, Islandia y Tailandia ya han suspendido el uso de la vacuna de AstraZeneca.

La Dirección General de Salud de Portugal y el organismo de control de medicamentos Infarmed han afirmado que la vacuna de AstraZeneca puede seguir administrándose en Portugal y han subrayado que no hay pruebas de que la vacunación esté relacionada con los casos graves de coagulación de la sangre registrados en otros países.

Las dos entidades portuguesas señalan que "hasta ahora no hay pruebas de que la vacunación pueda estar en el origen de estos eventos".