A raíz de una denuncia por ruidos, se alertó a la GNR de que se estaba celebrando una fiesta ilegal en el interior de un chalet. Una vez que llegaron se pudo comprobar que la fiesta seguía en marcha, con algunos de los individuos fuera de la casa. Las personas que se encontraban en la fiesta ilegal fueron conminadas a terminar la fiesta, tras lo cual la policía identificó a 50 personas por infringir el deber general de permanecer en el domicilio y se elaboraron las respectivas actas de contraordenación, enviándose también un informe al Tribunal de Justicia de Loulé. La acción fue reforzada por el Destacamento de Intervención (DI) de Faro.