"Hubo más clases online que presenciales. En cuanto a los más pequeños, la diferencia fue menor", dijo Filinto Lima, presidente de la Asociación Nacional de Directores de Grupos y Escuelas Públicas (ANDAEP), refiriéndose a los alumnos de preescolar y primaria que volvieron a la escuela el 15 de marzo.

Aproximadamente 500 mil alumnos del 2º y 3º ciclo, así como los más de 330 mil estudiantes de secundaria, sólo volverán a las aulas después de las vacaciones de Semana Santa.

Los directores de las escuelas notaron mejoras en relación a la primera experiencia de educación a distancia, que comenzó en marzo del año académico pasado: "La alfabetización digital de los profesores y alumnos ha aumentado y hay mucho más equipamiento distribuido", señaló Filinto Lima.

El presidente de la Asociación Nacional de Dirigentes Escolares (ANDE), Manuel Pereira, añadió que "se siguen entregando ordenadores todos los días en las escuelas, además del apoyo de muchos municipios que han garantizado internet en casa para muchas familias".

Manuel Pereira también recordó la experiencia adquirida por los profesores, que disponen de más tiempo para planificar y preparar las clases en línea, pero, subrayó, "nada sustituye la presencia de los alumnos en el aula y la socialización en la escuela".

El miedo a que aumenten los casos de abandono escolar fue sustituido por la certeza de otro abandono: "No hubo abandono físico, porque conocemos a los alumnos, sabemos dónde viven y, si es necesario, averiguamos lo que pasa, pero sí hubo una pérdida de interés y motivación por la escuela", advirtió el director del Grupo de Escuelas General Serpa Pinto, en Cinfães.

Reconociendo que "no es fácil tener a los adolescentes pegados a las clases a través de un ordenador durante todo el día", el director dijo a Lusa que los profesores se dieron cuenta durante el 2º trimestre de una "falta de interés, cansancio e incluso agotamiento en relación con las nuevas tecnologías".

Los propios alumnos le confesaron a Manuel Pereira que están "desmotivados y cansados": "Los alumnos nos dicen que están saturados, muchos de ellos están en clase sólo para cumplir el horario. Y esta falta de interés también afectó a los que antes estaban muy interesados en la escuela", dijo.

Además del aprendizaje que se dejó de lado, está el tema de la salud mental que también preocupa a los profesores.

"La escuela es un espacio social fundamental y los alumnos están cansados de estar en casa, quieren estar en la escuela con sus compañeros", recordó Filinto Lima, defendiendo la necesidad de "reforzar el número de expertos especializados en las escuelas, especialmente los psicólogos".

A esta ecuación, Manuel Pereira añadió la de los profesores: "Tenemos muchos profesores en situación de predesgaste. Empezaron a tener mucho más trabajo en casa que en la escuela. Además, muchos se enfrentaron a la difícil tarea de intentar conciliar el trabajo con la vida familiar. Tenemos muchos profesores que también son padres y daban clases mientras sus hijos también recibían clases y necesitaban apoyo".

Entre las nuevas tareas, hubo profesores que se pusieron a disposición para ir a las casas de los alumnos que no podían entrar en el aula online.

"Teníamos profesores y ayudantes que iban de pueblo en pueblo, de casa en casa, ayudando a las familias a poner en marcha sus ordenadores, sobre todo en el caso de los alumnos más pequeños", recuerda Manuel Pereira.

La tarea de enseñar a los más pequeños era especialmente complicada por la falta de autonomía y la dificultad para concentrarse en clase, situación que se agravaba cuando faltaba un sólido apoyo familiar, añadió Filinto Lima.

Por ello, 370 mil alumnos de primaria fueron de los primeros en volver a la escuela. Aun así, el presidente de ANDAEP estima que la recuperación del aprendizaje de estos alumnos será un proceso largo, que no se resolverá pronto.

En poco más de una semana, el 5 de abril, se reanudarán las clases. Para los alumnos de 1º a 3º ciclo, la escuela volverá a funcionar.

Los directores esperan que este regreso sea "vigoroso y dure hasta el final del año" y sólo temen el comportamiento de la población en general, que podría poner en peligro la desconfinanciación en curso.

"Muchas veces me gustaría poner a la sociedad en la escuela para enseñarles las reglas. Se ve mucha gente que se niega a cumplir las reglas más básicas", lamenta Filinto Lima.

Los directores vuelven a insistir en que las escuelas son lugares seguros y que los casos de infección entre los escolares son raros.