Rara vez se puede predecir el ganador porque la forma sólo se puede medir en 18 hoyos. Jon Rahm lo dijo mejor esta semana: "sólo tienes que vencer a la persona que tienes delante".

Algo muy interesante si se tiene en cuenta que el eventual subcampeón, el poco conocido Scottie Scheffler, se encargó en el mismo día de vencer al maestro del match, Ian Poulter, y a Jon Rahm. Una hazaña que no pasó desapercibida para el público golfista estadounidense ni para Steve Stricker, actual capitán de la Ryder Cup de Estados Unidos. Es un poco pronto para empezar a predecir los emparejamientos, pero Scheffler debe haber aumentado considerablemente su valor en bolsa para los partidos de la Ryder Cup de este año.

La naturaleza impredecible del match play no podría haber quedado más patente, si se tiene en cuenta que Dustin Johnson, Rory McIlroy, Bryson DeChambeau y Paul Casey no superaron la fase de grupos, en la que había cuatro jugadores en 16 grupos.

Pero hubo un momento clásico de match play, o debería decir conflicto, el viernes por la tarde entre Kevin Na y Dustin Johnson. Un momento díscolo que ha sido el centro de muchas conversaciones de golf durante el fin de semana. ¿Debería Kevin Na haber dicho algo o debería haberse quedado callado?

La situación fue la siguiente: Johnson tenía un putt de 1,5 metros para ganar el undécimo hoyo, que embocó. La bola se quedó a poco más de 15 centímetros del hoyo. Claramente molesto por haber fallado el putt, Johnson apartó la bola del hoyo y comenzó a caminar hacia el siguiente tee. La cuestión era que Na no había concedido el putt. Así que llegó el dilema, si debía reclamar el hoyo o no.

Decidió no hacerlo, pero se aseguró de que Johnson se enterara de la indiscreción, y de que Na no sería tan indulgente la próxima vez. Las reglas son muy claras: hay que conceder un putt y comunicarlo claramente a la oposición para que quede fuera de juego.

Personalmente, dentro de esta situación hubo un poco de falta de respeto hacia Na. El pequeño pico de mal genio de Johnson le hizo actuar de forma precipitada. Lo que sí me gustó, y mucho para Na, fue que Kevin actuó inmediatamente, no tuvo en cuenta que estaba hablando con el número uno del mundo, simplemente fue un competidor hablando con otro y poniéndole las cosas claras. Algo que sólo puede ocurrir en el golf.

El problema para Johnson, fue que a pesar de que Na no tenía intención de reclamar el hoyo, Johnson había sido reprendido y, de una manera extraña y menor, estaba en deuda con Na por no haber reclamado el hoyo. Es casi como si tuviese una doble moral, la primera por dejar pasar la situación y la segunda por tomar medidas inmediatas y no reclamar el hoyo.

Na pasó a ganar el partido haciendo birdie en 5 de los últimos siete hoyos; los comentaristas especularon que Dustin Johnson no parecía el mismo jugador después del incidente.

Ahora bien, estarían en su derecho de decir que si no iba a reclamar el hoyo, por qué se molestó en decir algo. Por eso creo que se trató de una pequeña falta de respeto. Lo interesante es que otros competidores del mismo torneo han dicho que Kevin actuó exactamente de forma correcta y como lo habrían hecho ellos.

En una nota un poco menos irritante, ahora falta una semana para volver al campo de golf y es la semana del Masters.