Son innumerables las tradiciones que aún podemos encontrar de norte a sur del país. Algunos de los dulces tradicionales son el famoso Folar, que es un pan que simboliza la abundancia tras el periodo de ayuno de la Cuaresma, pero también es una forma de compartir y mantener viva la tradición portuguesa. Los folares son variados y existen en variaciones saladas y dulces, otros dulces son el Pão-de-ló, las almendras y los huevos de chocolate.

Los portugueses celebran la semana que precede al Domingo de Pascua, que este año cae en el 4 de abril; además, el Viernes Santo, 2 de abril, es festivo. Una tradición específica de Pascua es la limpieza de la casa, un hábito común en todo el país. En este periodo se limpia la casa, especialmente en el Alentejo y el Algarve para recibir la visita de Pascua, el "Compasso", que simboliza la entrada de Jesucristo en el hogar, con la bendición del sacerdote que bendice la casa y a todos los que la habitan. Para recibir el "Compasso" (visita pascual) hay que tener en la mesa almendras y dulces, así como licores y vino de Oporto.

El domingo de Pascua es un día de fiesta y el almuerzo suele incluir carne, especialmente de cabra o cordero, y postres tradicionales. También es tradición en Portugal ofrecer un regalo a sus ahijados en Pascua, de almendras, huevos de chocolate o dinero. Los niños también suelen ofrecer a sus padrinos un ramo de olivo o violeta el Domingo de Ramos. En muchos pueblos, la Semana Santa también se celebra con procesiones y vigilias nocturnas.

En el Alentejo, en Castelo de Vide, además de las procesiones, la población acompaña la bendición de corderos y los fieles salen a la calle con matracas y campanas. En muchas localidades también celebran la Semana Santa con procesiones nocturnas iluminadas con velas, o con representaciones teatrales de la condena de Cristo.

En São Brás de Alportel, en el Algarve, suele tener lugar una colorida procesión de flores (Procesión de las Antorchas Floridas del Domingo de Resurrección). Las antorchas están compuestas por flores del campo. Braga también se anima con una de las mayores celebraciones de la ciudad y suele recibir miles de visitantes cada año. La ciudad se llena de motivos y celebra la Semana Santa con diferentes iniciativas. Destaca la procesión del burrito, en la que la imagen de la Virgen es llevada por un burrito. Además de las celebraciones religiosas, la ciudad ofrece numerosos eventos, como conciertos y exposiciones.

El pueblo de Óbidos es realmente mágico y nos transporta a los inicios de la historia portuguesa. En Semana Santa, esta localidad vuelve a ser el escenario de otro acontecimiento histórico y religioso portugués. Anualmente acapara el interés de numerosos visitantes, que pretenden asistir a uno de los mejores programas de Semana Santa, a través de numerosas actividades, entre las que destacan las procesiones religiosas, entre las que se encuentra la conocida procesión del Entierro del Señor, en la que el pueblo se recorre sólo a la luz de las antorchas que arden en manos de los más jóvenes, colocadas en puntos estratégicos del recorrido. Tanto en Lisboa como en Oporto, los talleres de Pascua acaban atrayendo a muchas familias, incluyendo las más modernas búsquedas de huevos de Pascua, en las que los portugueses optan cada vez más por celebrar este día de forma más divertida. En el norte del país, en Oporto, la Biblioteca de Fânzeres y el Museo de Minas Gerais de São Pedro da Cova, organizan numerosos talleres de Pascua para las familias.


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Following undertaking her university degree in English with American Literature in the UK, Cristina da Costa Brookes moved back to Portugal to pursue a career in Journalism, where she has worked at The Portugal News for 3 years. Cristina’s passion lies with Arts & Culture as well as sharing all important community-related news.

Cristina da Costa Brookes