La investigación de la Facultad de Medicina de Oporto (FMUP), el CINTESIS - Centro de Investigación en Tecnologías y Servicios Sanitarios y el Centro Hospitalario Tâmega e Sousa (CHTS), a la que tuvo acceso Lusa el 14 de abril, evaluó por primera vez el uso del electroshock en personas con enfermedades psiquiátricas ingresadas en hospitales públicos de todo el país.

El trabajo concluyó que el tratamiento con electroshock está siendo infrautilizado en Portugal, a pesar de haber demostrado ser "rápido, seguro y eficaz" en varias enfermedades psiquiátricas.

Según el autor del estudio, Manuel Gonçalves-Pinho, médico, investigador y profesor de la FMUP, "gracias a la anestesia y a los dispositivos actuales, la terapia electroconvulsiva bajo anestesia es indolora para los pacientes y es uno de los tratamientos más seguros que existen".

En este estudio "sin precedentes", publicado en la revista internacional The Journal of Electroconvulsive Therapy (ECT), se identificaron 674 pacientes tratados con electroshock entre 2008 y 2015 en hospitales públicos portugueses.

En total, se registraron 879 hospitalizaciones, siendo la depresión grave (mayor) el principal diagnóstico (19,6%), seguido del trastorno bipolar.

En cuanto a la tasa de uso de esta terapia en los pacientes hospitalizados, este trabajo indica que fue sólo del 0,71 por ciento en ocho años.

"Esta tasa es relativamente baja si se compara con otros países europeos. Es necesario desmitificar algunas ideas preconcebidas, no sólo entre la población en general, sino también dentro de la propia comunidad médica", afirma Pedro Mota, también autor del estudio.

Los investigadores refieren que "existe un estigma y un miedo injustificado a esta terapia motivado por el desconocimiento de la técnica empleada y por informes históricos desfasados de que la terapia sería dolorosa y con importantes efectos adversos".

El tratamiento con electroshock consiste en la alteración de la actividad eléctrica del cerebro y se realiza bajo anestesia general.

Actualmente está indicado en la depresión resistente a los antidepresivos, la esquizofrenia, la enfermedad bipolar y la epilepsia, entre otras enfermedades.

El procedimiento requiere entre seis y doce sesiones para producir el efecto terapéutico deseado.

Insertado en el proyecto "1st.IndiQare", este trabajo contó con la participación de Manuel Gonçalves-Pinho (FMUP/CINTESIS/CHTS), Pedro Mota, João Pedro Ribeiro y Silvério Macedo (CHTS), Jorge Mota (Sociedad Portuguesa de TEC) y Alberto Freitas (FMUP/CINTESIS).

El "1st.IndiQare" cuenta con financiación del FEDER - Fondo Europeo de Desarrollo Regional, a través de COMPETE 2020 y de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FCT).