En declaraciones a Lusa, Cláudia Serra, investigadora del centro de la Universidad de Oporto, explicó que el proyecto, titulado ProbioVaccine, surgió de la necesidad de encontrar soluciones a uno de los problemas de la acuicultura: "la frecuente existencia de enfermedades bacterianas en los peces".

"Las enfermedades bacterianas, algunas de ellas zoonóticas, son muy frecuentes y provocan pérdidas económicas muy importantes porque la producción acuícola se ve afectada", dijo.

Según la investigadora, en la actualidad, una de las "estratagemas" que utiliza el sector para evitar que se instale la enfermedad bacteriana es la vacunación.

A pesar de ser la solución "más eficaz", la vacunación inyectable provoca "complicaciones a nivel logístico", "implica mucha inversión" y tiene "repercusiones" en términos de estrés de los peces.

"La mayoría de las vacunas que se utilizan en acuicultura son inyectables, pero desde el punto de vista logístico es muy laborioso porque los peces se vacunan uno a uno, implica mucha inversión y repercute en el nivel de estrés de los peces, que son muy susceptibles al estrés y no les gusta ser manipulados, ni estar fuera del agua", ha señalado Cláudia Serra.

En este sentido, los investigadores del CIIMAR han desarrollado una vacuna oral que, incorporada al pienso, evita la aparición de enfermedades bacterianas de forma masiva.

Aunque la vacunación oral no es "una novedad en la acuicultura", la desarrollada por el CIIMAR fue probada en peces cebra y reveló "resultados prometedores" con diferentes patógenos, en uno de los cuales se observó una "reducción de la mortalidad del orden del 50 por ciento".