"Lo que sienten las enfermeras es que son desechables. Los aplausos en la ventanilla fueron un momento muy bonito (...) pero descartamos eso. Queremos que se nos valore y reconozca nuestro trabajo", dijo Ana Rita Cavaco, que hablaba con los periodistas al final de una visita a un centro de vacunación en Coimbra.

Según Cavaco, sólo en el norte, la Asociación ha contabilizado alrededor de 700 enfermeras contratadas para apoyar la lucha contra la pandemia y que corren el riesgo de ser despedidas, estimando que hay entre 1.800 y 2.000 en todo el país.

"Estamos hablando de miles de enfermeras en todo el país. Lo que está ocurriendo en Leiria [el sindicato habla de varias enfermeras que serán despedidas], está ocurriendo en Faro y ya ha ocurrido en otros hospitales, de norte a sur, y sólo no ha ocurrido en las islas, y esperemos que no, de hecho, cuando estuvimos en Madeira, la intención del Gobierno es mantenerlas a todas porque las van a necesitar para la recuperación, y eso es lo que deberíamos hacer aquí", subrayó.

Ana Rita Cavaco recordó que más de 1.200 enfermeras emigraron durante la pandemia.

"Había algunas cosas que el Gobierno podía haber hecho para retener a las enfermeras en lugar de ofrecerles contratos de cuatro meses y ahora mandarlas fuera de los hospitales, con miles de cirugías que hay que recuperar", señaló.

Para ella, las enfermeras ya estaban sobrecargadas y el país acabó entrando en la pandemia "cojo, con muletas".

La jefa de enfermeras destacó que la organización de la vacunación que está en manos de las enfermeras "es fantástica", afirmando que los problemas encontrados son puntuales y tienen "más que ver con los registros informáticos, con la programación del portal" y con la comunicación entre "los distintos sistemas informáticos".

"Por lo demás, las cosas han ido muy bien y la aceptación de la vacuna de AstraZeneca por parte de la gente ha sido muy buena", señaló.