Según los datos recogidos por la Dirección General de Estadística de Educación y Ciencia, facilitados en el nuevo Observatorio de Empleo Científico y Docente, desde 2017 se han establecido 6.047 contratos con doctores.

Algo más de la mitad de estos profesionales (el 52 por ciento) fueron contratados para impartir docencia en universidades y escuelas politécnicas, mientras que los 2.902 doctores restantes (el 48 por ciento) se dedicaron exclusivamente a la investigación.

La gran mayoría de los cerca de seis mil contratos (el 87 por ciento) fueron con instituciones públicas y el 13 por ciento con instituciones privadas, concretamente con centros privados de enseñanza superior e instituciones privadas sin ánimo de lucro.

En relación con el tipo de contrato, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Enseñanza Superior señaló también en un comunicado que el 42 por ciento de estos contratos correspondieron a la integración en una carrera y el 39 por ciento de los contratos se celebraron tras los concursos ordinarios de acceso a las carreras de docencia e investigación.

"Los mecanismos de financiación puestos a disposición por la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (FCT) son los principales generadores de plazas contractuales, ya que el 44 por ciento de los contratos (2.635) se establecieron tras convocatorias de la FCT integradas en el programa de estímulo al empleo científico", añade el comunicado.

Estos datos están ahora agregados y disponibles en el Observatorio de Empleo Científico y Docente(https://empregocientificoedocente.dgeec.mec.pt/), puesto en marcha el pasado 6 de julio y que supone, según el Ministerio, el primer registro público de la relación de todos los doctores dedicados a actividades (de I+D), docentes o de gestión y comunicación de la ciencia y la tecnología.

La nueva plataforma se ha creado siguiendo las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea aprobadas en mayo, todavía durante la Presidencia portuguesa, sobre la "implantación de sistemas de seguimiento continuo de la contratación de investigadores doctores y de la carrera investigadora".

El objetivo, dice el Ministerio de Educación, es "conocer en detalle los efectos de las medidas de estímulo al empleo científico que fueron diseñadas entre 2016 y 2017 y aplicadas desde entonces", a través de un observatorio que permita identificar los mecanismos de contratación de profesores e investigadores.

Y desde entonces, considera el Ministerio, los efectos de las medidas de estímulo al empleo científico han sido positivos, con un aumento de las contrataciones.

Según los mismos datos, el número total de contratos indefinidos con profesores e investigadores ha aumentado un 9 por ciento desde el inicio de la anterior legislatura, en 2015.

Esta evolución "demuestra una clara intención política de profundizar en la estabilidad de las relaciones laborales en la actividad científica y de consagrar una nueva visión sobre las relaciones laborales establecidas en la comunidad científica", reza el comunicado, en el que la ministra subraya que el contrato laboral se ha convertido en la norma.

La misma tendencia de crecimiento es aún más pronunciada en la contratación de investigadores, pasando de 1.133 en 2015 a 5.831 en 2020, lo que supone un incremento del 81%.

Entonces, en 2015, la mayoría de los investigadores eran becarios, una situación que, según el Ministerio, es ahora residual.

"El panorama de las relaciones laborales en la actividad científica es ahora sustancialmente distinto al vigente hasta 2017, cuando los contratos laborales eran una excepción y la concesión de becas posdoctorales estaba completamente normalizada", explica el comunicado, que añade que actualmente lo normal es la integración de la carrera profesional o los contratos de duración determinada para el desarrollo de proyectos concretos.