"No hay pruebas de que este impuesto vaya a beneficiar al sector ni de que sus ingresos se reinviertan en I+D para apoyar el desarrollo de nuevas tecnologías", ha dicho la aerolínea en un comunicado.

Por este motivo, "easyJet pide que se suspenda la aplicación del Impuesto sobre el Carbono. El impuesto debe ser evaluado antes de su aplicación, ya que no está claro cómo el gobierno pretende utilizar los ingresos fiscales para combatir el cambio climático".

Y continúan diciendo que, sin esta evaluación, la medida no será más que un nuevo impuesto a los pasajeros que supondrá un aumento de los billetes de avión para los clientes.

La aerolínea no cree en la eficacia de este impuesto porque, "al ser una tasa plana -en la que todos pagan 2 euros-, no puede reflejar la huella de carbono de las diferentes aerolíneas y viajes, por lo que no puede considerarse ecológico, ya que no está directamente relacionado con las emisiones de CO2".

Según José Lopes, Country Manager de easyJet en Portugal: "Esta medida no contribuye a mejorar la sostenibilidad del sector y, además, impide la recuperación de la economía nacional, que depende del turismo. Un impuesto a los pasajeros no es el enfoque correcto, ya que no anima a las aerolíneas a ser más sostenibles".

"easyJet quiere que volar sea -y siga siendo- asequible para todos, no sólo para los ricos. Los beneficios de la aviación son infinitos cuando se trata de conectar a la gente, reunir a los amigos y a la familia, permitir que la gente tenga contacto con diferentes culturas y también proporcionar prosperidad económica", concluyó la aerolínea.

La tasa de carbono de dos euros se aplica a los pasajeros de vuelos internacionales y cruceros en Portugal.

Esta tasa no se aplica a los niños menores de dos años, ni al transporte público de pasajeros en el transporte marítimo y fluvial, ni al transporte aéreo para los residentes en las regiones autónomas entre el continente y la región respectiva y dentro del archipiélago.