Según las conclusiones de la encuesta mensual de junio de la Asociación Empresarial Portug uesa (AEP), realizada a 300 asociados para "evaluar los principales obstáculos a la recuperación de la actividad empresarial". La indisponibilidad de materias primas y productos intermedios y las dificultades en los circuitos comerciales, debido a la falta de contenedores, son los "nuevos problemas" señalados por las empresas portuguesas, junto con la "nueva realidad" en la organización del trabajo en el periodo post-pandémico.

"En este momento, la cuestión del aumento brutal del coste de las materias primas y del transporte empieza a ser terrible", confirmó a la Agencia de Noticias Lusa el vicepresidente de la Asociación de Industrias Metalúrgicas, Metalúrgicas y Afines de Portugal (AIMMAP), señalando aumentos, "en algunos casos de cuatro veces", en el transporte marítimo e incrementos del "50 por ciento, 100 por ciento o incluso más" en el precio de las materias primas.

Según Rafael Campos Pereira, estos dos factores "están asociados, porque gran parte de las materias primas [del sector] vienen de fuera de la Unión Europea", por vía marítima, y "no hay contenedores y el precio de los que hay es muy alto".

Esta situación repercute "tanto en la compra de materias primas, como en la compra de componentes y en la exportación", explica.

"Esto tiene que ver con el hecho de que China y Oriente, concretamente Corea, reanudaron primero su actividad, antes que Europa, en 2020 [en la reanudación tras la primera oleada de la pandemia], lo que hizo que todos los contenedores se trasladaran a las rutas del Pacífico", explica el dirigente de la asociación.

Otra de las razones esgrimidas por AIMMAP es que, con estos precios, las materias primas se han convertido en una "inversión muy atractiva, sobre todo en el mercado de futuros, los inversores institucionales están comprando materias primas como commodities, por lo que nuestros fabricantes se ven ahora también obligados a competir no sólo con los fabricantes de otros países, sino con los inversores", afirma.

Señalando también "enormes problemas" a la actividad de la industria textil y de la confección portuguesa, el director de la Asociación Textil y de la Confección de Portugal (ATP), Jorge Pereira, habla de un "descontrol total" de las cadenas logísticas y de valores "súper inflados" del transporte.

"Ahora mismo, el coste por kilo, por ejemplo, de un contenedor de hilo nunca es inferior a 65 céntimos, cuando debería costar entre 15 y 20 céntimos el kilo, y los contenedores que tardaban entre 30 y 40 días, como máximo, en llegar a Portugal, a veces sólo llegan después de dos meses y más, porque se quedan atascados en otros puertos por falta de conexiones", dijo.

Ya la Asociación Portuguesa de Industrias del Mueble y Afines (APIMA) denuncia, con respecto a julio de 2020, un aumento del 600 por ciento en el coste del transporte: "Un contenedor que hace un año costaba 2.000 dólares ahora cuesta 12.000", dijo el presidente, Joaquim Carneiro.

En cuanto a las principales materias primas utilizadas en el sector del mueble, APIMA señala incrementos interanuales del 300 por ciento en el coste del metal, del 40 al 50 por ciento en la ferretería, del 20 por ciento en la espuma y del 10 por ciento en el cartón.

"Es realmente dramático que las empresas estén sufriendo este impacto precisamente cuando intentan recuperarse de las gravísimas consecuencias de la pandemia. Necesitamos urgentemente una regulación en un mercado que está en plena especulación", afirma Joaquim Carneiro, añadiendo que los precios finales pueden subir aún más como consecuencia.