La gente se quedó en casa y empezó a cocinar sus propias comidas, donde el aceite de oliva ganó espacio en la mesa, con un aumento de la demanda mundial del 6%, que también se reflejó en la demanda de los aceites de oliva tradicionales de Trás-os-Montes.

"Nunca habíamos tenido un año tan bueno", dijo Artur Aragão, de Casa Aragão, en Alfândega da Fé, distrito de Bragança, la segunda mayor almazara de Trás-os-Montes, después de Valpaços.

En la última campaña, esta empresa produjo 1,2 millones de litros de aceite de los cerca de 1.300 agricultores con los que trabaja y tuvo que comprar otros 500.000 litros para satisfacer la demanda.

De 2019 a 2020, registró un incremento de las ventas del 23 por ciento y a 30 de abril de 2021 ya había superado los 1,7 millones de euros facturados en 2020, con un aumento del 25 por ciento respecto a todo el año anterior.

La explicación que encuentra es que "la gente estaba en casa, tenía tiempo para cocinar, para preocuparse por su salud y elegía los mejores productos", además de que "la gente también se preocupaba por empezar a comprar productos portugueses".

En los restaurantes las ventas de aceite de oliva cayeron a "valores residuales, sin embargo, en términos de consumo a través de los supermercados, el aumento fue muy, muy grande".

El mercado portugués representa sólo "el 10 por ciento" de la facturación de este negocio, que exporta la mayor parte de sus aceites de oliva a países que van desde Brasil a Japón, pasando por la Unión Europea, y que ha conquistado nuevos mercados como el Kosher (judío) y se prepara para entrar en el mercado Halal (musulmán).

Casa Aragão tiene una relación más estrecha con Brasil, que le ha abierto las puertas a nuevos clientes y ya ha promovido la creación de un grupo de productores ecológicos en Alfândega da Fé, con 54 productores que alcanzan una revalorización de 40 céntimos por litro de aceite de oliva en comparación con otros mercados.

En plena campaña, esta empresa reúne "siete u ocho trabajadores más" a 11 puestos de trabajo fijos y se ha destacado por los premios internacionales que recoge, con 18 sólo este año en concursos internacionales en Italia, Nueva York y Japón.

"El aceite de oliva de Trás-os-Montes es único, si miramos los premios internacionales, los que gana Portugal, la gran mayoría son del aceite de oliva de Trás-os-Montes", destacó Artur Aragão.

Según señaló, "son aceites totalmente únicos y singulares y siempre diferentes de un año a otro, debido a las características del olivar, el clima, el suelo, el tipo de terreno más pizarroso y la mezcla de variedades de aceitunas".

El aceite de oliva de Trás-os-Montes es un producto de origen portugués con Denominación de Origen Protegida (DOP) por la Unión Europea desde 1996 y, según datos de las organizaciones del sector, genera unos 30 millones de euros para la economía nacional.

La región es la segunda mayor productora, después del Alentejo, y concentra la mayor parte de los olivares tradicionales, que representan el 15% de la producción nacional de aceite de oliva y se extienden sobre 200.000 hectáreas.