En Lisboa, más de 500 personas participaron en la protesta que comenzó en el Terreiro do Paço y que fue organizada por el movimiento "AcordaPortugal".

"No somos ganado" era uno de los lemas que gritaban los participantes en la protesta.

Armados con carteles y banderas portuguesas, y con la mayoría de los asistentes sin llevar máscaras ni cumplir con el distanciamiento social, la multitud afirmó que estaba allí para mostrar su descontento con las "medidas dictatoriales" de las autoridades sanitarias.

"Esta historia del certificado digital sólo pretende instaurar una dictadura y nosotros nos oponemos a ello. Valoramos los derechos humanos. Somos humanos. No somos ganado", dijo Daniel Leal, organizador y portavoz del movimiento "Acorda Portugal", a la agencia de noticias Lusa.

El mismo día (18 de julio), unos "pocos cientos" de personas se reunieron también en Oporto en una protesta que también había sido organizada por el mismo movimiento.

Los manifestantes se reunieron por la tarde en la plaza de Leões, junto al rectorado de la universidad, y luego bajaron hasta la plaza de Almeida Garrett, frente al Ayuntamiento, en un recorrido de aproximadamente un kilómetro.

"Salimos a la calle para defender nuestra libertad, y para impugnar la medida del certificado digital Covid-19, así como las medidas que vienen pisoteando constantemente nuestra Constitución", proclamaba el movimiento en la convocatoria de protestas.
"Acorda Portugal" se autodenomina como un grupo de ciudadanos "sin vinculación a partidos políticos" y afirma haber visto cómo se han unido a su grupo 10.000 personas en dos días en las redes sociales.

En la protesta de Oporto, los manifestantes mostraron carteles con frases como "libertad, sí; segregación y opresión, no".

Dirigiéndose a los manifestantes, Cátia Moura, del movimiento, afirmó que "lo que está en juego es la libertad", no estar de acuerdo "con medidas completamente opresivas y absurdas".

"No van a ahogar nuestra Constitución", añadió.

Y el público respondió a coro: "¡Nunca!".

Los municipios clasificados como de riesgo alto o muy alto están sujetos a medidas restrictivas para controlar la pandemia.

Entre las normas para los ayuntamientos de riesgo muy alto están la obligatoriedad de trabajar a distancia cuando las funciones lo permitan y la posibilidad de que los restaurantes abran hasta las 22:30 horas (en el interior con un máximo de cuatro personas por grupo y en las terrazas con un máximo de seis personas por grupo), excepto los viernes a partir de las 19:00 horas y los sábados, domingos y festivos en todo el horario de apertura, en los que sólo se permite el acceso a los restaurantes para comer en el interior a quienes tengan el certificado digital de vacunas completo o el test Covid-19 negativo.