"Vamos a creer que somos menos, pero somos mejores", declaró el vicepresidente del Gobierno Regional de Madeira, Pedro Calado, en la rueda de prensa de presentación de los datos relativos al archipiélago, en Funchal.

La población está compuesta por 133.34 mujeres y 117.712 hombres.

Madeira tuvo un aumento de los hogares del 2,21 por ciento, pasando de 94.990 a 92.936 y una reducción del 0,1 por ciento en los edificios, contabilizándose 91.961 inmuebles.

Funchal, el principal municipio de Madeira, también sufrió una reducción del 5,34 por ciento, habiendo perdido casi 6.000 residentes en la última década, que ahora son 105.919, continuando siendo el único con más de 100.000 personas.

"La reducción de residentes se está produciendo en los 11 municipios de Madeira", destacó el director regional de Estadística, Paulo Vieira.

El municipio de Câmara de Lobos, después de tres aumentos sucesivos en los censos anteriores, registró una disminución de la población, con una caída del 9,79%, y un total de 32.175 residentes.

A nivel de las 54 freguesias del archipiélago, sólo siete tuvieron aumentos de población, siendo el mayor crecimiento el de Água de Pena (Machico), con un 12,94 por ciento (2.749).

Las otras son Calheta y Paul do Mar (Calheta), Caniço (Santa Cruz), Tábua (Porto Moniz), São Martinho y Sé (Funchal).

São Martinho es la parroquia de Funchal con más residentes, 26.480 personas, habiendo crecido un 1,91%.

Porto Santo también perdió un 5,93 por ciento de sus habitantes, 225 personas, pero mantiene una población residente superior a los 5.000 (5.158).

El municipio de Calheta, en el oeste de Madeira, presenta el mayor aumento de alojamientos (4,48 por ciento) de la región, con 7.624 viviendas.

El vicepresidente del Madeira destacó que el "saldo migratorio, de personas procedentes de los centros de emigración", como las personas que regresaron de Venezuela, "no fue suficiente para compensar la reducción de la población en la región", por lo que es imposible contabilizar el número que entró en la región en los últimos años.

Otro aspecto en el que se hizo hincapié fue el índice de envejecimiento en la región, que se sitúa en 136,4, lo que representa que por cada 100 jóvenes hay 136 ancianos.

El saldo natural (diferencia entre nacimientos y defunciones) ha sido negativo en los últimos tres años del orden de 700, habiendo llegado a 853 en 2020.

Los trabajos del censo en Madeira se iniciaron en abril, con más del 87 por ciento de las personas que respondieron a la encuesta en línea, el 7,7 por ciento a través de entrevistas, el 4,2 percibió en los consejos parroquiales y el 2 por ciento utilizando los métodos tradicionales (papel y teléfono).

El director regional de Estadística informó de que "este proceso no termina ahora", ya que "entre septiembre y noviembre se realizará una encuesta de calidad, por secciones".

La vicepresidenta del Gobierno regional destacó que estos datos relacionados con la reducción y el envejecimiento de la población en el archipiélago eran ya esperados y motivaron algunas de las medidas adoptadas para fomentar la natalidad y mejorar la calidad de vida, reducir la presión fiscal y apoyar las políticas para la población mayor.