"Nos preocupa la rapidez de la respuesta, sobre todo, a preguntas como ¿cuáles son las enfermedades subyacentes asociadas que determinan la vacunación de los jóvenes entre 12 y 15 años? ¿Se darán indicaciones concretas y claras a los médicos que tendrán la tarea de recomendar la vacuna, en caso de que sea necesario? ¿Cuándo se puede esperar el inicio de la vacunación en este grupo de edad?", se pregunta el presidente de la asociación, Joaquim Brites.

En declaraciones a la Agencia de Noticias Lusa, Joaquim Brites pide que la declaración de la DGS cree "generar confusión" entre los padres y los médicos.

"Cuando se lanzó el primer plan de vacunación, había dudas sobre qué enfermedades se consideraban subyacentes, se hablaba de adultos, mayores de 18 años, que debían ser vacunados, aunque se priorizaba la vacunación por grupos de edad, pero nunca se mencionaba qué tipo de enfermedades se consideraban subyacentes", dijo.

Esto se aprobó porque aparecía una lista de algunas enfermedades, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis quística, y luego, a medida que se vacunaba por grupos de edad, se iba vacunando a los pacientes.

Con los niños, dijo, lo que ocurrió fue que, "en medio de la confusión en la que hay algunos pediatras que están de acuerdo y otros que no, la DGS recomendó la vacunación a todos los niños que tuvieran patologías subyacentes, de nuevo sin explicar cuáles".

Para Joaquim Brites, estas decisiones tienen que ser "técnicas y científicas" y no políticas, señalando lo ocurrido en Madeira cuando fue el Gobierno Regional el que decidió vacunar a todos los jóvenes a partir de los 12 años, tuvieran o no enfermedades.

"En la península, lo que ocurre es que el médico tendrá que decidir (...), así que lo que acabó haciendo la DGS fue lanzar la confusión", criticó.

En su opinión, tiene que haber "algo de sentido común" a la hora de tomar una decisión como ésta porque se trata de "miles de personas" que tienen hijos con enfermedades o niños sanos que no saben qué hacer.

"Tenemos entre seis y ocho mil enfermedades diagnosticadas, si tenemos en cuenta que hay muchos pacientes que tienen una enfermedad rara en la que el médico que les sigue no sabe si a esa enfermedad le puede afectar la vacuna o incluso le puede perjudicar el Covid-19, ¿qué va a decidir el médico?", se pregunta.

"Incluso pueden desarrollar una complicación respiratoria que puede llevar a una infección respiratoria tan grave que lleve a la muerte. Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿La vacuna protegerá a los neuromusculares o no? No lo sé porque no hay estudios que digan que se puede proteger", subrayó.

Para Joaquim Brites, todas estas cuestiones retrasarán el proceso de vacunación y contribuirán a "la continua degradación de la calidad de vida de los jóvenes con enfermedades graves como las neuromusculares", que son enfermedades genéticas, hereditarias y progresivas y que tienen en común la falta de fuerza muscular.