"Hoy hago un llamamiento a la comunidad internacional para que ayude al Líbano a realizar un camino de resurrección con gestos concretos, no sólo con palabras", dijo el Papa, citado por la Agence France-Presse. "En este sentido, espero que la conferencia organizada por Francia y la ONU, actualmente en curso, sea fructífera", añadió el Papa Francisco.

Francia y la ONU promueven hoy una videoconferencia con representantes de unos 40 Estados y organizaciones internacionales para recaudar 350 millones de dólares (295,3 millones de euros) para la población del Líbano, estimada en 5,2 millones de personas. La iniciativa tiene lugar bajo los auspicios del presidente francés, Emmanuel Macron, y del secretario general de la ONU, António Guterres.

El Papa se refirió al Líbano al final de la audiencia general en el Vaticano, que retomó hoy tras la operación de colon a la que fue sometido el 4 de julio. Las agencias internacionales indicaron que Francisco, de 84 años, parecía estar en buena forma durante esta primera audiencia general tras el tradicional descanso de julio.

"Un año después de la terrible explosión en el puerto de Beirut, la capital del Líbano, que causó muerte y destrucción, mis pensamientos están con ese amado país, especialmente con las víctimas, sus familias, los numerosos heridos y los que perdieron sus casas y trabajos. Y muchos han perdido su esperanza de vida", dijo el Papa, citado por la agencia EFE.

Ante varios centenares de fieles en el Aula Pablo VI, el jefe de la Iglesia católica renovó su deseo de viajar al Líbano y su oración para que el país "vuelva a ser un mensaje de fraternidad y de paz para todo Oriente Medio". El 4 de agosto de 2020, la explosión de cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto de Beirut causó más de 200 muertos, 6.500 heridos, 300.000 personas desplazadas y una destrucción generalizada en la capital.

Unos 9.700 edificios resultaron dañados o destruidos, según estimaciones de la ONU. Un año después, Líbano está sumido en una crisis socioeconómica, considerada la peor de su historia. La fecha se marcará en Líbano con varias ceremonias de homenaje a las víctimas y con un minuto de silencio a las 18:07 hora local (15:07 hora de Lisboa), precisamente a la hora en que se produjo la explosión. Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch acusaron a las autoridades libanesas de obstruir la investigación inconclusa sobre la explosión y de proteger a políticos y funcionarios para eximirlos de sus responsabilidades.