La queja partió de un paciente y fue confirmada posteriormente con tres organizaciones en el terreno: aunque la ley establece que "la terapia antirretroviral se dispensa por un período mínimo de 90 días", en la realidad esto no ocurre en algunas unidades de salud, una situación que, según los médicos y activistas con los que habló Lusa, no es nueva y ya ocurría antes de la pandemia.

Preguntados por Lusa, dos hospitales confirmaron que no garantizan la medicación durante tres meses.

En respuesta a Lusa, el Centro Hospitalario Universitario Central de Lisboa (CHULC) -que controla el mayor número de pacientes con VIH del país, alrededor de 5.900- comenzó subrayando que "siempre que es posible, en función de la disponibilidad de existencias, se administran medicamentos antirretrovirales durante un periodo de tres meses".

Sin embargo, admite, "en circunstancias en las que la disponibilidad de stock no lo permite, la prescripción se hace por un periodo más corto".

Con conocimiento de causa, Luís Mendão, presidente del Grupo de Activistas por el Tratamiento - GAT, dijo a Lusa que el CHULC (que incluye, entre otros, los hospitales Curry Cabral, São José y Capuchos) "nunca dio" la medicación por el período establecido por la ley.

El CHULC destacó que intenta "salvaguardar (siempre) que no haya interrupciones en el suministro a ningún usuario" y recuerda que dispensa "la terapia antirretroviral desde cuatro de sus farmacias, además de garantizar la entrega de medicamentos en la proximidad de las farmacias comunitarias de la zona de residencia del paciente".

El objetivo de la ley aprobada en 2015 era precisamente garantizar "un adecuado seguimiento de la respuesta al tratamiento" y evitar "el uso de citas médicas innecesarias o visitas clínicamente injustificadas a instituciones hospitalarias".

La Orden nº 13447-B/2015, de 18 de noviembre, dice también que las situaciones en las que el médico que sigue al paciente decida que la medicación no debe ser dispensada durante 90 días "tendrán que ser excepcionales, y el hospital, en los casos en los que dicha situación se produzca por causas imputables al Servicio Nacional de Salud y previa conformidad del paciente, garantizar que la medicación sea depositada en el domicilio facilitado por el usuario".

El Centro Hospitalar Universitário do Algarve (CHUA) también confirmó a Lusa que "la mayoría" de los 1.957 usuarios con VIH reciben "medicación para dos meses" y que sólo "en algunos casos identificados" se facilita la medicación para tres meses.

"El CHUA tiene en marcha el programa de proximidad de entrega de medicamentos, que prevé que el paciente pueda recibir la medicación en su farmacia local o incluso en su propio domicilio", informa la unidad.

El Hospital García de Orta (HGO) -al que Luís Mendão se refirió a Lusa como una de las unidades que supuestamente no cumpliría con lo que establece la ley- garantizó que "está asegurando la medicación de los pacientes con VIH/SIDA durante tres meses y, en algunos casos, hasta seis meses", por ejemplo a "pacientes inmigrantes que trabajan en el extranjero".

El HGO (ubicado en Almada) -que controla a unas 2.000 personas con VIH- garantiza que no hay "interrupción terapéutica en ninguno de los pacientes" y añade que "promueve la entrega en proximidad (farmacia comunitaria o domicilio)" para "pacientes con dificultad de acceso al hospital".

Esta situación de incumplimiento de la ley fue confirmada por otras dos organizaciones del sector (además del TAG): la Liga Portuguesa contra el Sida y Abraço.

"Tenemos algún que otro paciente que nos informa de esto. En ese momento, intentamos mediar inmediatamente con el hospital, es decir, darnos cuenta de si es puntual y si se va a resolver sin poner en peligro el tratamiento", informa Cristina Sousa, presidenta de la asociación Abraço.

Eugénia Saraiva, presidenta de la Liga Portuguesa contra el Sida, informa de que ya han recibido llamadas de usuarios sobre la medicación.

"Para que no haya interrupciones, hay ciertas farmacias de hospital que han disminuido de tres a un mes", informa. "Es aburrido para los que tienen que ir al hospital", admite, y añade que la Liga ha estado haciendo entregas a los usuarios.

"Ha habido, pero siempre ha habido, reestructuraciones a nivel de la medicación, pero no tenemos ninguna queja por desajustes y la medicación ha estado asegurada", destacó.

Reconociendo que la ley no se está cumpliendo, Eugénia Saraiva subraya que, aun así, "ningún paciente se quedó sin medicación".

Contactada por Lusa, Isabel Aldir, que hasta hace poco era la responsable de la estrategia nacional para el VIH/SIDA, confirmó que tenía información de que estas situaciones ocurrían "puntualmente en el pasado", pero la realidad en el hospital donde trabaja, el Egas Moniz (Lisboa), "no ha sido así", señaló.

La infectóloga considera que la situación es "preocupante, ya que [la medicación para tres meses] es una garantía".

Y es que, explica, a diferencia de otras enfermedades, en las que la persona que no toma la medicación se perjudica sobre todo a sí misma, "en el caso del VIH, una persona que no toma la medicación correctamente está perjudicando indirectamente a la sociedad, porque, al no tener la medicación controlada puede transmitir la enfermedad".