"El impacto de la pandemia en el sector de la miel no se dejó sentir, ya que nunca se interrumpió el trabajo (como en otras actividades agrícolas) y las ventas del producto no sufrieron un impacto significativo", declaró a Lusa la Federación Nacional de Apicultores de Portugal (FNAP).

Según la Sociedad de Apicultores de Portugal (SAP), las perspectivas del sector son ahora "prometedoras", a pesar de que la importación de miel de terceros países y el "mal etiquetado de la misma" constituyen un "serio obstáculo" para la comercialización.

La FNAP, por su parte, prevé que 2021 sea un año de recuperación, tras los malos años de la apicultura de 2018 a 2020, que en algunos casos, provocaron una caída de la producción del 80 por ciento debido a las alteraciones climáticas en la época de floración.

"La campaña actual está terminando en el norte del país y la perspectiva es que 2021 puede ser un año de recuperación para muchos apicultores", añadiendo que, en el Algarve y el Alentejo, hubo cosechas normales y que los precios del mercado mundial son estables.

En cuanto a la avispa asiática, tanto la FNAP como la SAP confirman que sigue siendo un problema, y la sociedad apícola subraya la falta de prevención y supervisión.

"La avispa sigue siendo cada vez más un problema grave. La extensión de la especie hacia el sur ya ha llegado al Alentejo y no creo que las autoridades competentes le den la importancia necesaria. A menudo, las empresas contratadas para eliminarlas lo hacen de forma incorrecta, lo que provoca la multiplicación de los nidos", dijo el presidente de la SAP, António Hermenegildo en respuesta a Lusa

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 la producción de miel en Portugal fue de 9.817 toneladas.