"Los pocos autobuses que están en la calle están saturados y las paradas siguen llenas de gente, a pesar de que los usuarios ya estaban advertidos", dijo José Manuel Silva.

Según el funcionario, "de los más de 400 autobuses que deberían estar circulando desde las 6 de la mañana, sólo están en la calle unos 30".

Esta huelga, que finaliza a las 2 de la madrugada del sábado, tiene como objetivo exigir un aumento salarial mejor que el de 15 euros propuesto por la empresa.

Los trabajadores señalan que la propuesta de actualización salarial de 15 euros presentada por el Consejo de Administración de STCP "es insuficiente porque no responde a la cuestión principal que es la devaluación del salario de los trabajadores en relación con el salario mínimo nacional y la probabilidad de un aumento de la inflación".

En defensa de estos reclamos, ya hubo un paro con idéntica participación el 13 de agosto y ya están programados dos días más de huelga, el 26 y 27 de agosto.

"Si para el 26 de agosto, el consejo de administración de la STCP no cambia su posición, continuaremos la lucha y, los días 26 y 27 de agosto, estaremos en las instalaciones por la mañana y por la tarde haremos una manifestación en la calle, probablemente frente a la Cámara de Oporto, que posee el 54% de la STCP", afirmó.

Lusa intentó obtener aclaraciones de STCP, pero sin éxito hasta ahora.

La empresa aprobó, el 30 de junio, en la junta general, las cuentas consolidadas de 2020, un año en el que se produjo un descenso "nunca visto" de la demanda, transportando 27,5 millones de pasajeros menos, habiendo cerrado las cuentas con unas pérdidas de unos 12 millones de euros.

Al mismo tiempo, se eligió el nuevo Consejo de Administración, que pasa a tener tres miembros en lugar de cinco, siendo Manuel Queiró reelegido como presidente ejecutivo.

Desde principios de año, la gestión del operador de transporte urbano de Oporto ha sido asumida por los municipios de Oporto, Gaia, Gondomar, Matosinhos, Valongo y Maia.