Sin embargo, si este es realmente el caso, seguramente el gobierno portugués puede cambiar la regla sin pedir permiso a Bruselas.

Las cartas anteriores han puesto de manifiesto los numerosos problemas creados por la norma 90/180, que está provocando que nosotros, y otras personas de las que tenemos conocimiento, nos planteemos seriamente vender nuestra casa de vacaciones y comprar una fuera de la UE. Nos parece bien limitar las visitas a 180 días al año -si quisiéramos estar aquí más tiempo, solicitaríamos la residencia-, pero si nos van a decir cuándo visitarnos, es difícil justificar el gasto de 10.000 euros al año sólo en gastos fijos de la casa, el coche, etc. Esto supondrá una pérdida directa para Portugal junto con nuestros importantes gastos mientras estemos en el país.

Vamos, Portugal. Hagan lo mejor para el país y dejen de seguir servilmente los dictados europeos (¿UE?) que perjudican su economía.

David Foot, por correo electrónico