Según los datos, en 2017 se retiraron 130 nidos de avispa asiática en la comarca, cifra que se elevó a 383 en 2018 y, un año después, a 408 nidos.

El año pasado hubo 635 nidos de avispa sujetos a retirada y este año, hasta el 20 de agosto, ya había 605.

"Solo en agosto, ya se han identificado 106 nidos", dice el municipio.

A la Agencia de Noticias Lusa, Nuno Osório, de la Oficina Municipal de Protección Civil y Forestal, dijo que "se coloca un producto en el nido, utilizando un palo o una marcadora de pintura, y se neutraliza el nido."

"Las avispas empiezan a aturdirse y se atacan entre ellas. Cuando las avispas de otros nidos notan esta fragilidad, también atacan ese nido y acaban afectadas por la misma situación, que transportan a otros nidos", explicó Nuno Osório.

Según el funcionario: "el problema es generalizado en todo el municipio", pero con "mayor incidencia en la parroquia de Pombal y en la zona costera".

"Es un problema muy difícil de eliminar, pero es posible controlarlo, con la intervención de varias entidades, el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques, los Servicios de Protección Civil y los apicultores", declaró.

Refiriéndose a que las quejas sobre la existencia de estos nidos provienen en su mayoría de la población, Nuno Osório afirmó que el Ayuntamiento de Pombal tiene un correo electrónico disponible (vespavelutina@cm-pombal.pt) para comunicar estas situaciones.

"Tenemos una media de dos días hábiles para intervenir en cuanto se recibe la alerta", añadió.

Según la página web del Instituto de Conservación de la Naturaleza y de los Bosques, los principales efectos de la presencia de la avispa asiática se manifiestan en la apicultura, "porque es una especie carnívora que depreda las abejas", y en la seguridad pública, dado que, "no siendo más agresivas que la especie europea, si sienten los nidos amenazados reaccionan de forma bastante agresiva, incluyendo persecuciones de hasta unos cientos de metros".