El que era el único territorio de Portugal que seguía en la zona "naranja", ahora está cubierto de "rojo" (que significa "alto riesgo") en los mapas del ECDC de indicadores combinados, que abarcan las tasas de notificación de casos en los últimos 14 días, el número de pruebas realizadas y el total de positivos, que se actualizan semanalmente el jueves.

La categoría "roja" significa que, en estas regiones europeas, la tasa acumulada de notificación de casos de infección en los últimos 14 días oscila entre 75 y 200 por cada 100.000 habitantes o es superior a 200 e inferior a 500 por cada 100.000 habitantes y la tasa de positividad de las pruebas es del 4 por ciento o más.

Anteriormente, Madeira se encontraba en la categoría "naranja" (referida a los territorios en los que la tasa de notificación de nuevas infecciones es de 50 a 75 por cada 100 mil habitantes en los últimos 14 días o entre 75 y 200 por cada 100 mil habitantes y la tasa de positividad de las pruebas es del 1 por ciento o del 4 por ciento o más, respectivamente), tras alcanzar la categoría "verde" (menos de 50 casos nuevos y una tasa de positividad inferior al 4 por ciento, o menos de 75 casos pero con una tasa de positividad inferior al 1 por ciento).

A mediados de julio, el Portugal continental estaba todo cubierto de 'rojo' en estos mapas del ECDC, a excepción de Madeira y las Azores, archipiélago que pasó días después a la categoría de 'alto riesgo'. En febrero, y debido al elevado número de contagios, Portugal estaba incluso en la categoría de 'rojo oscuro' de los mapas del ECDC, utilizada para las zonas en las que el virus circula a niveles muy altos y los peores de todos.

Estos mapas de la agencia europea siguen un sistema de semáforos sobre la propagación del covid-19 en la UE, empezando por el verde (situación favorable), pasando por el naranja, el rojo y el rojo oscuro (que significa que es una situación muy peligrosa).Sirven de ayuda a los Estados miembros sobre las restricciones que deben aplicarse a los viajes dentro de la Comunidad. A mediados de junio, el Consejo de la UE adoptó una recomendación para un enfoque coordinado de los viajes, proponiendo que los vacunados y recuperados del covid-19 no sean sometidos a medidas restrictivas como cuarentenas o pruebas.