"En el marco del Programa de Reasentamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), nuestro país ya ha recibido a 811 personas procedentes de Egipto y Turquía con diferentes nacionalidades (de Siria, Irak, Etiopía, Sudán, Sudán del Sur, Eritrea y Somalia)", explica una nota del despacho de la ministra de Estado y Presidencia, Mariana Vieira da Silva.

"Estos ciudadanos se benefician del Estatuto de Refugiado concedido por orden del Ministro de Administración Interna, siendo titulares de una Declaración que acredita el Estatuto de Protección Internacional a la espera de la emisión del Título de Residencia de Refugiado, en los términos de la Ley de Asilo", añade.

La nota también contabiliza el número de ciudadanos extranjeros acogidos en el marco de programas de refugiados o solicitantes de protección internacional, en referencia a las 243 personas acogidas tras ser rescatadas en el Mediterráneo, en los últimos años.

"En el marco del compromiso portugués con la Comisión Europea para la reubicación de niños y jóvenes no acompañados, ya hay 121 menores en nuestro país. Portugal fue el sexto país europeo que más refugiados recibió en el marco del Programa de Reubicación de la Unión Europea, acogiendo a 1.550 refugiados procedentes de Grecia (1.190) e Italia (360) entre diciembre de 2015 y abril de 2018 -que fueron acogidos por 97 municipios-", señala la nota del Gobierno.

Portugal también recibió 142 solicitantes de asilo en el marco del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, entre junio de 2016 y diciembre del año siguiente.

El Gobierno también dijo, en relación con la crisis en Afganistán tras la toma del poder por parte de los talibanes, que Portugal tiene capacidad para recibir inmediatamente a 300 ciudadanos afganos.

El Ejecutivo garantizó que se acogerá a todos los que colaboraron con las fuerzas nacionales, en este caso "116 ciudadanos afganos, lo que incluye a los que colaboraron con las fuerzas nacionales destacadas y sus núcleos familiares".

También se reveló que 840 familias portuguesas se mostraron dispuestas a acoger a los refugiados afganos.