En todos los rincones del mundo hay sorbos de vino, por lo que no es de extrañar que los enólogos tengan diferentes estrategias a la hora de componer sus vinos. Algunos adoptan un enfoque sencillo a la hora de elaborar los vinos, buscando la combinación ideal de fruta, sabor y aromas, mientras que otros pasan horas perfeccionando la composición precisa, la acidez, las características varietales y, por supuesto, el grado de alcohol perfecto que acabará por unirse para formar el resultado final.

Pero, independientemente del enfoque del enólogo, la composición de un buen vino tiene sus raíces en el viñedo, no en la bodega. Al fin y al cabo, el papel de una bodega sencilla debería ser únicamente el de extraer y combinar las características que la madre naturaleza produjo por primera vez en el campo.

La eterna verdad: "Se puede hacer un mal vino con buenas uvas, pero nunca un buen vino con malas uvas", es válida para cualquier enólogo auténtico, como el equipo de la bodega de Lagoa Quinta dos Vales, que se niega a añadir ingredientes artificiales a sus vinos. Esto significa, sin embargo, que hay que invertir mucho más tiempo y conocimientos en el trabajo y la supervisión de los viñedos para producir la calidad de la uva requerida. El proceso es complejo y comienza con la decisión del viticultor de cuándo cosechar.

Entre el viñedo y la bodega

Teniendo en cuenta que la parte más crucial del proceso tiene lugar en los propios viñedos, hay que prestar mucha atención al periodo de transición entre el trabajo en el campo y en la bodega: "¿Cosechar o no cosechar?" es la compleja pero repetida pregunta a la que se enfrentan los viticultores cada año a la hora de definir la fecha ideal de vendimia de sus uvas.

La fase final del crecimiento de la vid es un acontecimiento de vital importancia. Durante el envero, un punto de transición significativo de la etapa final del ciclo de crecimiento de la uva, las vides invierten toda su energía en el desarrollo cualitativo de las propias uvas.

Los viticultores deben estar atentos al proceso de envero, ya que es continuo y se extiende a lo largo de varias semanas antes de que finalmente se convierta en la fecha adecuada para la vendimia. Este periodo de precosecha es una experiencia complicada y a menudo angustiosa que no puede resolverse con una sola consulta. Al final, la definición de la fecha óptima de vendimia es el resultado de un delicado equilibrio entre el análisis técnico, el calendario y la intuición.

Muestreo de uvas

Los enólogos comienzan a tomar muestras de uva para realizar sus análisis en la segunda parte del envero. Sin embargo, los datos sólo son tan buenos como las uvas muestreadas. Diferentes uvas pueden llevar fácilmente a conclusiones diferentes, incluso si proceden de la misma parcela de viñedo.

Un viñedo alberga diversas variaciones naturales: bloques, hileras, cepas y racimos. Naturalmente, hay algunas variaciones clave entre las distintas partes de un viñedo, de bloque a fila o incluso entre racimos individuales. Estas diferencias deben representarse con la mayor precisión posible a la hora de tomar las muestras, ya que así se garantiza que reflejen con exactitud lo que ocurre en general en todo el campo. Por lo tanto, el objetivo final del muestreo debe representar a la mayoría de las uvas, ignorando las discrepancias no representativas.

Elaboración de un plan

La temporada de vendimia es una época agitada para los viticultores, y durante estas semanas de mayor carga de trabajo es un reto considerable cumplir con todas las directrices de muestreo y análisis. La clave es tener un plan bien diseñado, aunque haya que adaptarlo en una fase posterior debido a las intervenciones de la madre naturaleza.

Antes de la vendimia, el equipo de viticultores tiene que pensar en cómo va a tomar las muestras. En esta decisión intervienen varios factores: la altitud, el tipo de suelo, la exposición al sol, la posición en el viñedo o en una fila perimetral, la sombra de las hojas. Es esencial seleccionar muestras en las que se hayan tenido en cuenta todos los parámetros necesarios, sin dejar espacio para el sesgo hacia ninguna característica a la hora de cosechar.

El sistema de rejilla

Quinta dos Vales es conocida por el muestreo sistemático mediante un "sistema de cuadrícula". El equipo utiliza el método de muestreo de uvas con una frecuencia de muestreo mayor a medida que se acerca la fecha de la vendimia. Y, específicamente, aumentan los esfuerzos para muestrear las uvas cerca del momento esperado de la liberación.

Con este método, los viticultores utilizan un sistema de muestreo que ha demostrado dar los resultados más representativos. La idea es sencilla: empezar, por ejemplo, con el racimo más alto de la viña 4, en la fila 1; a continuación, tomar un racimo de la mitad de la viña 15, y luego tomar muestras a partir de ahí. Cada vez, muévete un nivel más abajo hasta llegar a los racimos del nivel inferior. El equipo alterna los lados de la hilera 1 entre las sesiones de recolección para conseguir una distribución uniforme en todas las hileras. El objetivo principal es que cada muestra proceda de una parte diferente del viñedo, de distintas alturas y de distintas exposiciones al sol.

Elaboración de vinos en Quinta dos Vales

La finca vinícola Quinta dos Vales cuenta con 15 variedades diferentes plantadas en el lugar. El reto se convierte rápidamente en algo importante si se tiene en cuenta que varias de sus variedades se elaboran como vinos tintos, rosados o blancos y se plantan en varios campos y lugares. Además, Quinta dos Vales aplica a menudo diferentes parámetros de cosecha dentro de la misma variedad de uva.

Para añadir otra capa de complejidad, el equipo de vinificación de Quinta dos Vales también gestiona 18 parcelas de viñedos privados, que se explotan en nombre de vinicultores particulares que buscan experimentar la vinificación por sí mismos. Teniendo en cuenta todos los parámetros, Marta Rosa, la enóloga residente, realiza en el momento álgido de la preparación de la vendimia 20 o más procedimientos de muestreo y análisis cada día. Durante este periodo, las jornadas de trabajo son de 14 horas.

Si bien el desarrollo de un conjunto de directrices para la elaboración del vino no es una tarea fácil, con el conocimiento y la experiencia, es posible establecer sistemas que hagan este proceso más manejable. Con la formación y la estructura adecuadas para la elaboración del vino es posible convertir estas complejas tareas en algo factible y manejable.

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Para aquellos que siempre han fantaseado con convertirse en un verdadero vinicultor, ¡ha llegado el momento! Quinta dos Vales ofrece a los participantes una visión de cómo podría ser la vida de un profesional de esta industria con The Winemaker Experience.

Quinta dos Vales ofrece algo diferente para una experiencia enológica, ofreciendo a sus participantes involucrarse en todas las facetas de la producción del vino. La experiencia ofrece opciones para varias áreas del proceso de elaboración del vino, como la propiedad de un viñedo o el alquiler puntual de un viñedo, la mezcla de barriles, la mezcla de botellas y mucho más.

Emprenda este viaje por sí mismo, pasando de bebedor de vino a bodeguero, con The Winemaker Experience de Quinta dos Vales y, si lo desea, incluso con su propia suite en The Vines directamente frente a su propio viñedo.

Para más detalles, póngase en contacto con: twe@quintadosvales.pt