"La reanudación del funcionamiento en la ciudad de Lisboa es bienvenida, pero ZERO advierte de la vuelta a los niveles de contaminación anteriores a la pandemia, y critica que las autoridades no hayan aprovechado el período de calma para aplicar un conjunto de medidas que podrían mitigar el impacto de los cruceros y evitar el descontrol de la calidad del aire", afirma ZERO.

Según los ecologistas, la pandemia del covid-19 "fue una oportunidad perdida para instalar en el puerto de Lisboa, y especialmente en la terminal de cruceros, la capacidad de suministrar electricidad a los barcos atracados, el llamado 'shore to ship'", en lugar de quemar "toneladas de combustible altamente sucio", causando contaminación.

"Debido a la falta de suministro eléctrico por parte del puerto -como es el caso de Lisboa- los cruceros estacionados mantienen sus motores en marcha para garantizar su enorme consumo energético -que equivale al de pequeñas ciudades-, emitiendo grandes cantidades de dióxido de azufre , óxidos de nitrógeno y partículas ultrafinas", explica la asociación.

La instalación de la tecnología 'shore to ship' estaba prevista en los Presupuestos Generales del Estado, pero el procedimiento "aún no se ha llevado a cabo", dice Cero, señalando que, "en plena Capital Verde Europea, el 5 de junio de 2020, se anunció que la inversión estaría lista en 2022", pero la asociación "duda de que esto ocurra debido a varios retrasos identificados".

La asociación sigue destacando que las emisiones contaminantes provocadas por los cruceros "tienen consecuencias para la salud humana, son responsables de la causa y/o agravamiento de enfermedades coronarias y respiratorias, reducen las defensas del organismo e incluso pueden provocar cáncer de pulmón".