El barril se negociaba este martes a 80,43 dólares, un 2,8% más que en la última jornada.

Esta subida hasta el nivel más alto desde el 10 de octubre de 2018 se produjo un día después de que la OPEP y sus aliados decidieran, en una conferencia telefónica, dejar sin cambios el actual plan de aumentar gradual y moderadamente el suministro de petróleo.

Liderados por Arabia Saudí y Rusia, los 23 países miembros de la alianza conocida como "OPEP+" han confirmado que en noviembre sólo añadirán al mercado 400.000 barriles diarios de petróleo, como ya habían acordado en julio.

Con ello, seguirán dejando gran parte del gran recorte de producción vigente desde mayo de 2020, que adoptaron para hacer frente al desplome del consumo y de los precios provocado por la crisis pandémica del año pasado.

La decisión decepcionó a los mercados, que esperaban un nuevo aumento ante la subida de los precios de la energía y la perspectiva de una oferta mundial ajustada para satisfacer una demanda cada vez más fuerte, impulsada por la recuperación tras la pandemia y la temporada de frío en el hemisferio norte.

Los precios de la gasolina reaccionaron de inmediato con fuertes subidas y hoy han continuado la tendencia alcista, con el crudo Brent superando esta mañana los 83 dólares por barril por primera vez desde octubre de 2018, mientras que el crudo WTI (West Texas Intermediate) terminó el martes en 78,93 dólares, el nivel más alto en siete años.

En el caso del barril de referencia de la OPEP, el precio diario de este martes duplicó el registrado un año antes (39,07 dólares) y elevó su valor medio hasta los 67,01 dólares desde el inicio de 2021, recuperándose así no sólo de la caída de 2020, que dejó la media de ese año en 41,47 dólares, sino superando ya los 64,04 dólares que supuso la media de todo 2019.