Este año, Portugal se sitúa en el puesto 25, muy por encima de España, que ocupa el puesto 34.

Brand Finance determina la fuerza relativa de las marcas nacionales a través de una tabla de puntuación que evalúa la inversión en la marca, el valor de la marca y su rendimiento. La metodología de la fuerza de las marcas nacionales incluye los resultados del Global Soft Power Index, el estudio más completo del mundo sobre las percepciones de las marcas nacionales, que recoge las opiniones de más de 75.000 personas en más de 100 países.

Según el informe, "Portugal ha subido cinco puestos en la clasificación de fortaleza de marca, pasando delpuesto 30 en 2020 al25 este año, con una puntuación del Índice de Fortaleza de Marca (BSI) de 70,6 sobre 100, lo que supone una mejora de +3,7 puntos respecto a los 66,9 del año pasado. Al mismo tiempo, España descendió nueve puestos, pasando del25º en 2020 al 34º este año, ya que su puntuación en el BSI descendió -4,2 puntos, pasando de 70,5 a 66,2.

"A pesar de la pandemia, Portugal atrajo fuertes niveles de inversión extranjera directa. Tras el lanzamiento de Startup Portugal en 2016, la ambición del gobierno portugués ha sido convertir al país en un destino atractivo para las nuevas empresas tecnológicas. Su objetivo es fomentar un ecosistema para alentar y apoyar financieramente el espíritu empresarial y continuó haciéndolo durante la pandemia, creando un fondo de ayuda específicamente para el ecosistema de las startups.

"Como reflejo de la mejora de la fuerza de la marca, el valor financiero de la marca país de Portugal también ha aumentado. Tras un aumento del 16%, hasta los 230.000 millones de dólares -15.000 millones más que su valoración antes del COIVD-, Portugal ha entrado en la lista de las 40 marcas nacionales más valiosas, saltando cuatro puestos, del 43º en 2020 al 39º este año".

David Haigh, Presidente y Director General de Brand Finance, ha declarado: "La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de diversificar las economías nacionales, ya que las economías basadas en el turismo se han visto especialmente afectadas. El apoyo del Gobierno a la floreciente escena de las startups portuguesas es una verdadera señal de su compromiso para hacer precisamente esto, y como la pandemia también aceleró la transición digital del mundo, ha demostrado ser una decisión astuta también desde ese punto de vista."