En un artículo publicado en la página web de la Facultad de Ciencias de la Universidade Nova, Manuel Carmo Gomes (epidemiólogo) y Carlos Antunes (matemático) afirman que el Rt ha estado por encima de 1,1 y sostienen que, si se mantiene así, "se espera que el número de nuevos casos se duplique cada 30 días", lo que podría alcanzar los 2.000 casos diarios en la primera quincena de diciembre.

Recuerdan que, en las últimas semanas, las edades en las que el riesgo de contagio ha sido mayor son las comprendidas entre los 18 y los 25 años, seguidas de los niños menores de 10 años y los adultos jóvenes de entre 25 y 40 años, grupos de edad que aumentaron su socialización tras el 1 de octubre.

También recuerdan que se han producido brotes puntuales en residencias de ancianos, destacando que este grupo de edad no es el que más ha aumentado los casos, pero sí el que tiene más riesgo de desarrollar una enfermedad grave, que puede llevar a la hospitalización y a la muerte.

Los expertos revelan que, desde principios de octubre, la mayoría de los nuevos casos de infección ya se han producido en personas totalmente vacunadas, y subrayan que las vacunas siguen siendo "altamente protectoras contra la enfermedad grave", pero que su eficacia contra la infección por la variante Delta del virus (la dominante en Portugal) es inferior al 80% y decae con el tiempo.

"Por ejemplo, los datos de la vacuna más administrada en Portugal (Comirnaty®, Pfizer) muestran que en septiembre había 1,7 infecciones por cada 1.000 personas que habían sido vacunadas en julio, mientras que para los vacunados antes de marzo había 3, 9/1.000 infecciones", escriben.

Subrayan que, entre cinco y seis meses después de la vacunación, el riesgo de infección aumenta y, en las personas mayores o con comorbilidades, "se han dado casos de enfermedad grave con hospitalización y muerte".

Refuerzo de la vacuna

Los expertos insisten en la importancia de reforzar la vacuna y subrayan que, en los ancianos, si es lo suficientemente rápida, "debería compensar el deterioro de la protección que habían obtenido con la vacunación a principios de año, permitiéndoles pasar el invierno con una baja probabilidad de contraer una enfermedad grave".

Sin embargo, escriben que la posibilidad de que los individuos vacunados contraigan una infección sugiere que "cualquier país tendrá grandes dificultades para interrumpir completamente la circulación del virus", incluso con una cobertura vacunal muy alta.

"En la práctica, esto significa que el SARS-CoV-2 probablemente persistirá entre nosotros durante años, y cualquiera de nosotros podría tener un encuentro con el virus y eventualmente infectarse", añaden.

Manuel Carmo Gomes y Carlos Antunes recuerdan también que, desde principios de octubre, la incidencia de la enfermedad ha mostrado una "persistente tendencia al alza" y advierten de que la persistencia de un Rt por encima de 1 "da lugar a un aumento exponencial de la incidencia, que es probable que, en una situación prolongada, dé lugar a situaciones de alta presión hospitalaria".