La diabetes es una enfermedad grave, potencialmente debilitante y potencialmente mortal, no contagiosa, que puede suponer un gran impacto para las personas y sus familias, así como para los sistemas sanitarios y las economías nacionales. Este es el caso, en particular, de los países de ingresos bajos y medios, donde vivencasi cuatro de cada cinco (79%) de todas las personas que viven actualmente con diabetes.

Aproximadamente la mitad de las personas que se calcula que viven con diabetesno están diagnosticadas. Si no se trata con insulina, la diabetes de tipo 1 es mortal.

Cuando las personas con diabetes de tipo 2 no son tratadas o no reciben suficiente apoyo, corren el riesgo de sufrir complicaciones graves y potencialmente mortales, como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, ceguera y amputación de miembros inferiores. A muchos se les diagnosticará diabetes de tipo 2 cuando busquen asistencia médica por otro problema, sin saber que el problema habrá sido causado por la diabetes. Algunos serán diagnosticados erróneamente. Trágicamente y de forma evitable, algunos serán diagnosticados post-mortem.

En muchos casos, si la diabetes se detecta a tiempo, las personas afectadas pueden evitar o al menos retrasar la aparición de problemas graves. Hay que hacer más para prevenir la diabetes de tipo 2 en las personas con alto riesgo de desarrollarla y hay que hacer un mayor esfuerzo para diagnosticar todas las formas de diabetes de forma temprana y prevenir sus complicaciones. Para hacer frente a la pandemia de diabetes, las medidas deben incluir elacceso a una atención asequible e ininterrumpida para todas las personas que viven con diabetes, independientemente de su lugar de residencia o de sus circunstancias económicas.

Vivimos tiempos extraordinariamente difíciles en los que las personas con diabetes se enfrentan a una importante amenaza sanitaria adicional. Lamentablemente, hemos visto que las personas que viven con diabetes pueden ser más susceptibles de sufrir las peores complicaciones de Covid-19. Las pruebas sugieren que el número de víctimas mortales es notablemente mayor entre las personas con problemas de salud subyacentes como la diabetes. Este es el caso, en particular, de las personas mayores cuando la diabetes no está controlada. Se calcula que una de cada cinco personas mayores de 65 años es diabética.

En la situación actual, la comunidad diabética mundial debe unirse y alzar la voz para asegurarse de que la diabetes, una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en el mundo, reciba la atención necesaria.

El centenario del desarrollo de la insulina terapéutica en 1921 por parte de Frederick G. Banting y Charles H. Best es un hito de considerable importancia para muchos miembros de la comunidad diabética mundial y un hito en la historia de la medicina.

Los próximos años presentarán una oportunidad para aumentar la concienciación sobre la diabetes a un nivel sin precedentes, ya que se celebran varias fechas clave relacionadas con el descubrimiento de la insulina. Aunque estos acontecimientos históricos han salvado y mejorado la vida de millones de personas con diabetes, es importante recordar quela insulina sigue estando fuera del alcance de muchos que la necesitan.