El sobrepeso y la obesidad asociados al exceso de ingesta energética, los hábitos dietéticos occidentales y la escasa actividad física son las principales razones del aumento de la prevalencia de la T2D. Como resultado de esta evolución adversa, se espera que el gasto sanitario relacionado con la diabetes a nivel mundial y regional aumente considerablemente.

Las pruebas observacionales han sugerido que los alimentos integrales (WGF) son beneficiosos para la T2D. Este hallazgo también ha sido respaldado por un estudio que ha destacado el consumo de WGFs como una forma de aumentar la fibra en la dieta.

Además, los alimentos ricos en fibra pueden ofrecer importantes efectos beneficiosos, incluyendo el control de la glucosa y el metabolismo, así como en muchas otras condiciones. Así pues, los alimentos integrales pueden tener importantes consecuencias sanitarias y económicas en relación con la prevención de la T2D en la población.

Los WGF han sido ampliamente reconocidos como alimentos saludables debido a su alto contenido en fibra, antioxidantes y fitoquímicos. Los ensayos en humanos han demostrado el potencial de una dieta enriquecida con WGF para reducir la masa grasa, aumentar la tasa metabólica, promover el balance energético negativo, aumentar la sensibilidad a la insulina, mejorar el perfil lipídico y reducir la inflamación sistémica. Los estudios epidemiológicos han mostrado una asociación inversa entre el consumo de WGFs y el riesgo de desarrollar varias enfermedades crónicas importantes, además de la T2D: enfermedades cardiovasculares, obesidad y algunos tipos de cáncer.

Hasta ahora, la mayoría de estos estudios observacionales han caracterizado la ingesta de los WGF como la suma de los ingredientes de los WGF de todos los alimentos que contienen granos, que pueden contener diversas cantidades de WGF y granos refinados. A pesar de una proporción similar de salvado y germen (alrededor del 13% y el 2%, respectivamente), los alimentos individuales con WGFs suelen contener diversas cantidades de fibra dietética, antioxidantes, magnesio y fitoquímicos, lo que podría dar lugar a efectos diferenciales de los distintos tipos de WGFs en la salud cardiometabólica.

Un mayor consumo de WGF totales y de varios alimentos de WGF comúnmente consumidos, incluidos los cereales de desayuno, la avena, el pan negro, el arroz integral, el salvado añadido y el germen de trigo, se asoció significativamente con un menor riesgo de padecer estas afecciones.

Según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en el que participaron más de 118.000 personas, el consumo de alimentos WGF puede reducir el riesgo de mortalidad general hasta en un 9%. El riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular se redujo aún más, hasta un 15%. Los investigadores descubrieron que, por cada porción de cereales integrales, el riesgo de muerte general se reducía en un 5% y en un 9% en el caso de las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares.

En otro hallazgo, la ingesta de salvado se relacionó con un riesgo de muerte global hasta un 6% menor y con un 20% menos de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. Cambiar una ración de cereales refinados al día por una ración de WGF se relacionó con un 8% menos de riesgo de mortalidad relacionada con enfermedades cardiovasculares. Cambiar una ración de carne roja al día por una ración de cereales integrales se relacionó con un 20% menos de riesgo de mortalidad relacionada con enfermedades cardiovasculares.