Estos llamamientos de António Guterres fueron aceptados y reivindicados por el funcionario afgano en Naciones Unidas durante una reunión del Consejo de Seguridad, informa la agencia de noticias AFP.

"Instamos a los talibanes a que aprovechen este momento y se ganen la confianza y la buena voluntad de la comunidad internacional reconociendo -y defendiendo- los derechos humanos fundamentales que corresponden a todas las niñas y mujeres", subrayó el diplomático portugués.

El funcionario de la ONU expresó su "profunda preocupación" por las recientes informaciones sobre detenciones arbitrarias y secuestros de activistas, y pidió "enérgicamente" su liberación.

Naseer Ahmad Faiq, actual funcionario de la ONU en Afganistán desde la salida a mediados de diciembre de un diplomático despedido por los talibanes, intervino al final de la reunión, asegurando hablar "en nombre del pueblo afgano" y no del anterior gobierno derrocado en agosto.

"Pido a los talibanes que pongan fin a las violaciones de los derechos humanos" denunciadas por las ONG, que "permitan trabajar a las mujeres" y que "abran las puertas de las escuelas y universidades a las niñas", disparó.

El diplomático también pidió a los talibanes que proporcionen información sobre el paradero de los activistas que han desaparecido recientemente y que sean "liberados inmediatamente".

Ahmad Faiq también pidió al Consejo de Seguridad que convoque una "conferencia internacional para debatir las cuestiones intraafganas" con el objetivo de lograr "la formación de un gobierno inclusivo y responsable, reformar la constitución y permitir a los afganos elegir a sus líderes mediante elecciones".

El secretario general de la ONU había instado anteriormente a la "comunidad internacional a reforzar su apoyo al pueblo afgano", en particular mediante la liberación de los fondos congelados en Washington por el Banco Mundial y Estados Unidos, en un momento en que el país de Oriente Medio se encuentra "en el filo de la navaja".

"Más de la mitad de los afganos se enfrentan a niveles extremos de hambre" y "algunas familias están vendiendo a sus bebés para comprar comida", advirtió el portugués.

También el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, comentó esta situación extrema, revelando que una mujer "vendió a sus dos hijas y un riñón" para poder alimentar a su familia.

"Es una tragedia humana", denunció, pidiendo implícitamente a Estados Unidos que levante las "sanciones unilaterales" y permita a Afganistán acceder a los fondos.

Estados Unidos ha bloqueado casi 9.500 millones de dólares (8.300 millones de euros) en reservas del Banco Central afgano, lo que equivale a la mitad del producto interior bruto (PIB) del país en 2020.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial también han detenido sus actividades en Afganistán, suspendiendo la ayuda y los 300 millones de euros en nuevas reservas emitidas por el FMI en agosto.

António Guterres afirmó que hay que "reactivar" la economía afgana con más dinero.

"Si no se actúa, se perderán vidas y aumentarán la desesperación y el extremismo", mientras que un "colapso de la economía afgana podría provocar un éxodo masivo de personas que huyan del país", advirtió.

Afganistán se enfrenta a una grave crisis económica, afectada por la escasez de alimentos y la creciente pobreza, intensificada con la llegada de los talibanes al poder en agosto.

El país de Oriente Medio también se enfrenta a una grave escasez de efectivo después de que los donantes internacionales suspendieran la ayuda que había sostenido el presupuesto del gobierno durante 20 años.