Según un informe de idealista, con los precios de la vivienda en constante aumento en Portugal, el país se enfrenta a una burbuja inmobiliaria con posibilidades reales de estallar.

La compra de una vivienda es cada vez más cara, con precios en alza desde mediados de 2013, según muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto refleja el dinamismo del mercado residencial portugués, pero también la falta de casas en comparación con la demanda. Durante cinco años consecutivos, el valor de la vivienda en el mercado portugués ha mostrado variaciones anuales superiores al valor en el que la Comisión Europea (CE) considera que un mercado está en riesgo de burbuja de precios, tal y como señaló Eurostat en agosto de 2021.

Y no es la única entidad que llega a esta conclusión: "Después del tercer trimestre de 2017, puede haber signos de formación de precios exuberantes en el mercado residencial portugués", concluye un estudio de CaixaBank publicado en enero de 2022. Esto significa que Portugal corre el riesgo de sufrir una burbuja de precios.

Burbuja de precios en Portugal

La solución parece estar en la subida de los tipos de interés de los préstamos hipotecarios, que ahora están en mínimos históricos, lo que atrae a muchas familias a comprar una vivienda. En los últimos meses se ha hablado de una posible subida de los tipos de interés oficiales por parte del Banco Central Europeo (BCE). Pero Christine Lagarde, la presidenta del BCE, salió a decir en noviembre pasado que es "muy poco probable que se den las condiciones para subir los tipos de interés en 2022". Lo cierto es que una eventual subida de los tipos de interés depende de la inflación -que actualmente está en alza en la eurozona- y de cuánto tiempo persistan los altos precios en el mercado.

Desequilibrio entre la oferta y la demanda

Debido a un creciente desequilibrio entre la oferta y la demanda de vivienda, hay "signos de una potencial sobrevaloración de los precios de la vivienda" en Portugal, advierte la CE, y todavía hay potencial de sobrevaloración.

Esta tormenta perfecta se debe a la combinación de varios factores que han impulsado la demanda del mercado residencial portugués. Por un lado, las viviendas se han revalorizado desde la pandemia y las familias han conseguido reunir los ahorros necesarios para comprar una casa o solicitar un préstamo para vivienda. Y, en segundo lugar, las condiciones de financiación para la compra de viviendas son ahora más atractivas, sobre todo por los bajos tipos de interés.

Sin embargo, la oferta de viviendas no ha seguido el ritmo de la explosión de la demanda. El análisis de CaixaBank muestra que, desde 2006, en Portugal se construyen menos de 20 viviendas nuevas por cada 1.000 hogares. Los datos muestran, por tanto, que "no hubo un exceso de oferta de nuevas viviendas que ejerciera una presión a la baja sobre los precios de la vivienda", concluye el estudio.