Las conclusiones del estudio, realizado por Catarina Gouveia y Cláudia Seabra, investigadoras del Centro de Estudios de Geografía y Ordenación del Territorio (CEGOT), clasificaron la seguridad como "un factor fundamental a tener en cuenta en la recuperación de la industria turística".

Los autores añadieron que la pandemia del Covid-19 tuvo un efecto muy significativo en la percepción de seguridad para la práctica de diversas actividades turísticas.

Percepción del riesgo

"En términos globales, los turistas indican una mayor percepción de riesgo para la práctica de todas las actividades turísticas y de ocio, especialmente las que se practican en espacios cerrados o reducidos, es decir, con mayor concentración de personas, especialmente los parques de atracciones o temáticos, los conciertos y espectáculos, los eventos deportivos, los centros urbanos/históricos, las compras en centros y calles comerciales, los casinos, las discotecas y los locales de ocio nocturno", dijo Cláudia Seabra.

Por el contrario, las actividades relacionadas con la naturaleza, como los deportes o los viajes a las playas del mar y de los ríos, "a pesar del impacto negativo de la pandemia, siguen considerándose actividades menos inseguras".

Las visitas a galerías de arte, museos y monumentos y la asistencia a restaurantes "también son actividades consideradas menos inseguras, aunque la percepción de seguridad se ha reducido tras la pandemia", subrayó Cláudia Seabra.

En el estudio participaron 320 turistas que visitaron la región Centro durante siete meses -entre noviembre de 2020 y mayo de 2021-, la mayoría (98,4%) de nacionalidad portuguesa.

"Quedó claro que los impactos de la pandemia fueron severos para el Centro de Portugal, una de las regiones más diversificadas en términos de turismo en el país, que, hasta principios de 2020, estaba en auge. Los resultados indican que los turistas del Centro de Portugal han cambiado sus hábitos, especialmente en lo que respecta al tipo de alojamiento, la seguridad y el transporte utilizados en sus viajes", subrayó Cláudia Seabra.

Cambio de hábitos

Antes de la pandemia, el alojamiento más utilizado por los encuestados eran los hoteles (23,8%), seguidos de los amigos y familiares (18,8%), los alojamientos locales (16,6%) y el turismo rural (12,2%), pero con Covid-19 "la situación ha cambiado", señaló la investigadora del CEGOT.

"La mayoría de los participantes en el estudio prefieren ahora su propia casa, el alojamiento local y las casas de amigos y familiares, lo que confirma la importancia del turismo interno en esta etapa de incertidumbre", dijo.

El hotel, "que antes era el tipo de alojamiento preferido por los turistas, desde la pandemia se ha vuelto menos adecuado".

Y a nivel del transporte utilizado para viajar a los destinos vacacionales dentro del país, "el coche sigue siendo el medio preferido, pero a raíz de la pandemia, con mucha mayor expresión que el avión o el tren", mantuvo Cláudia Seabra.

La nueva normalidad

Así, teniendo en cuenta el contexto de la pandemia, el estudio predice que "los destinos de naturaleza, sin aglomeraciones, donde los viajeros pueden encontrar pequeños hoteles y llegar en su propio coche", deberían convertirse en los lugares más buscados por los turistas en una época post-Covid-19.

Los autores concluyen que los resultados proporcionan "pistas importantes para que los gestores de las organizaciones turísticas readapten sus estrategias de marketing, con el fin de recuperar los mercados de esta región en el contexto post-pandémico".

"La marca de estos destinos debe estar fuertemente basada en el factor seguridad y las estrategias de comunicación deben tener en cuenta los nuevos hábitos de los turistas, centrados en alojamientos más exclusivos e individualizados y en actividades de ocio asociadas a la naturaleza y a las visitas a museos, monumentos y galerías", concluyen los investigadores de la UC.